Por: Nancy F. Energía en desiertos
Fuente: Forbes Chile
En Argentina hay múltiples desiertos. Desde el Desierto Patagónico, ubicado en el sur, las Salinas Grandes en Jujuy hasta las Dunas de Tatón y las Dunas de Saujil en Catamarca, entre otros. El paisaje tradicional desértico no es el más popular de los destinos turísticos. Posiblemente debido a que se trata de regiones especialmente secas, con poca lluvia y temperaturas extremas, por lo que son espacios hostiles para permanecer. En general cuentan con suelos arenosos o cubiertos de sal. Pero ni siquiera imaginamos que se podía aprovechar de esta manera. Nuestro país vecino está exprimiendo al máximo su propio desierto.
Nuestro país vecino toma la delantera
Si bien Argentina cuenta con un incipiente desarrollo en energías renovables todavía falta mucho por hacer en el camino hacia la transición energética. Los especialistas vienen advirtiendo la necesidad urgente de encontrar fuentes de energías alternativas en el mundo que funcionen de manera respetuosa con el ambiente y permitan reducir la dependencia de combustibles fósiles que contaminan.
En este marco, Argentina avanzó con el desarrollo de plantas fotovoltaicas y eólicas. Además, se incorporó este tipo de dispositivos en distintos hogares. Esto permitió acercar energía hacia aquellas zonas remotas, con infraestructuras deficientes o que no se encuentran conectados a la red. Por su parte, Chile está dando un salto enorme en esta área y parece recién el comienzo.
Recientemente se inauguró una poderosa planta solar, la Quillagua, ubicada en el desierto de Atacama, en la región de Antofagasta. Se trata de la más grande de toda América Latina. Cuenta con una enorme capacidad fotovoltaica de 221 MWp. También tiene un novedoso sistema de almacenamiento en baterías (con 1.2 GWh) que permite proveer energía incluso cuando no hay sol. Por ejemplo de noche. Sin dudas, Chile está tomando la delantera, lejos.
Construyendo el futuro en compromiso con las energías renovables
Esta extraordinaria planta chilena representa una gran demostración del compromiso del país con las energías renovables. El desarrollo de esta infraestructura le permitirá avanzar con un salto enorme hacia el futuro. Con esto lograría alcanzar la capacidad para producir 70 veces más electricidad de la que necesita. Una cifra que resulta muy significativa en la región.
Según los registros, el país chileno que sorprendió a todos viene haciéndose camino con este enfoque sustentable durante los últimos años y va por más. Por ejemplo, la participación de energía solar y eólica en la matriz energética del país se ha multiplicado por diez. Mientras que, para el año 2030, se espera que las energías renovables representen al menos el 70 % de la capacidad energética total de Chile.
Además, Quillagua forma parte de un desarrollo aun mayor. Se trata de otra planta con características similares ubicada en la región de Tarapacá, llamada Víctor Jara. Se estima que contará con una potencia de 231 MWp de energía solar fotovoltaica y 1.3 GWh de almacenamiento en baterías. Según los cálculos, se estima que estará terminada hacia mediados de este año.
Las baterías: la clave para estabilizar la red eléctrica
Se prevé que Quillagua comience a operar comercialmente en las próximas semanas. Según señalan los expertos, la energía de esta planta será la clave para estabilizar la red eléctrica de Chile y resolver deficiencias actuales. En este sentido, las particulares baterías de larga duración resultan fundamentales para asegurar la estabilidad en el sistema eléctrico. Dado que asegura flujo tanto de día como de noche.
En este contexto, esta planta logra marcar un hito valiosísimo en la producción de energía renovable en la región. Debido a que logra producir grandes cantidades de energía limpia, incluso en los momentos sin luz, lo que dejó a todos en shock. Esto afianza el camino que viene haciendo Chile hacia las energías renovables. Además, fortalece su postura y su rol pionero en toda Latinoamérica. Un referente que anima al resto de los países vecinos a sumarnos a este cambio necesario.