El tren de carga más largo y pesado del planeta: 682 vagones, 99.732 toneladas y un récord Guinness.

En el inmenso paisaje del oeste australiano, una proeza de la ingeniería marcó un hito en la historia del transporte moderno. Fue el 21 de junio de 2001 cuando la compañía minera BHP Iron Ore puso en marcha un convoy que pasaría a los libros de récords como el tren de carga más largo y más pesado jamás construido.

Aquel día, un conjunto de 682 vagones y ocho locomotoras recorrió 275 kilómetros entre las minas de Newman y Yandi y el puerto de Port Hedland, en Australia Occidental. Su longitud total alcanzó los 7,353 kilómetros, mientras que su peso bruto superó las 99.732,1 toneladas, cifras que le valieron un lugar en el Libro Guinness de los Récords y que siguen sin ser superadas más de dos décadas después.

El proyecto no se concibió con fines comerciales habituales, sino como una prueba operativa de tecnología ferroviaria avanzada. BHP buscaba evaluar un nuevo sistema de control de potencia distribuida, conocido como Distributed Power (DP), que permite coordinar remotamente varias locomotoras situadas en distintos puntos del tren.

682 vagones, 99.732 toneladas y un récord Guinness: el tren de carga más largo y pesado del planeta

El tren constaba de 682 vagones de mineral impulsados ​​por ocho potentes locomotoras diésel-eléctricas. Tenía 5648 ruedas y se ensambló para probar un nuevo sistema de control ferroviario, que básicamente permite al maquinista de la locomotora delantera controlar las otras siete locomotoras simultáneamente. Fuente: Adobe Stock.

La clave del experimento consistía en que un solo maquinista pudiera controlar todas las unidades, incluso las ubicadas a casi un kilómetro de distancia unas de otras. Esta innovación tecnológica, basada en sistemas de comunicación electrónica y control de frenado sincronizado, transformó el modo de operar trenes de carga a gran escala.

Las ocho locomotoras utilizadas eran modelos General Electric AC6000 CW, entre las más potentes del mercado en su momento

La prueba se desarrolló en un tramo de vía diseñado para soportar tensiones extremas, con pendientes suaves y curvas amplias, y permitió comprobar cómo la energía distribuida reducía el esfuerzo sobre los acoplamientos y mejoraba la estabilidad durante el recorrido.

Esta tecnología permite sincronizar con precisión la aceleración y el frenado, un aspecto clave para mover más de 100.000 toneladas de peso total, de las cuales cerca de 99.734 corresponden solo al mineral transportado

Durante las diez horas que duró el trayecto, el tren mantuvo un promedio de velocidad constante y demostró la eficacia del sistema de frenos neumáticos controlados electrónicamente (ECP brakes), otra innovación aplicada por primera vez a un convoy de estas dimensiones. Con este sistema, la señal de frenado llega simultáneamente a todos los vagones, evitando el retardo que se produce en trenes convencionales, donde la presión de aire tarda varios segundos en recorrer toda la longitud del convoy.

Más allá del récord, la hazaña de BHP mostró hasta qué punto el ferrocarril continúa siendo un pilar esencial en la cadena logística global.

En un país donde la minería representa una parte sustancial del PIB y las distancias entre los centros de producción y los puertos superan los cientos de kilómetros, optimizar el transporte terrestre es una cuestión de eficiencia económica.

El tren de carga más largo del mundo sirvió como demostración de que la ingeniería ferroviaria podía adaptarse a las exigencias del transporte industrial a gran escala, reduciendo tiempos, costes energéticos y riesgos operativos.

Desde aquel récord australiano, otros países han intentado acercarse al logro, en 2023, la red ferroviaria india presentó el Rudrastra, un tren de 4,5 kilómetros de longitud formado por 354 vagones y siete locomotoras. La formación unió seis trenes estándar y recorrió más de 400 kilómetros entre Uttar Pradesh y Jharkhand, alcanzando una velocidad media de 40 km/h. Pese a su magnitud, el Rudrastra todavía está lejos del registro australiano, aunque simboliza el creciente interés de Asia en las operaciones ferroviarias de alta capacidad.

El récord de BHP sigue siendo, hasta hoy, un referente técnico y logístico. La tecnología de potencia distribuida que se probó en aquella operación es hoy un estándar en la mayoría de los trenes de carga pesados del mundo. También ha inspirado el desarrollo de trenes automatizados y sistemas digitales de control remoto.

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