Adiós Gmail, Google ya tiene su sustituto: «La IA al servicio del individuo».

Uno de los mayores cerebros tecnológicos del planeta quiere que se solucione algo muy cotidiano y está decidido a que la IA acabe con él: el caos de tu bandeja de entrada.

Gmail Google correo IA

Generada con IA

Por: Carolina González Valenzuela

Si hay algo que une a millones de personas en todo el mundo es la sensación de agobio al abrir el correo electrónico. Da igual lo que seas, a qué te dediques o por qué motivo lo usas, el email se ha convertido en una carga diaria.

Por eso, Demis Hassabis, CEO de Google DeepMind, lo tiene claro. «Lo que realmente quiero —y en lo que estamos trabajando— es en tener un email de nueva generación», confesó en el festival SXSW de Londres. «Me encantaría poder librarme de mi email. De verdad, pagaría miles de dólares al mes para que alguien lo hiciera por mí».

Pero cuidado porque no se trata solo de filtrar el spam o de responder automáticamente a los mensajes. El objetivo de Hassabis es mucho más loco y es el de crear un sistema de correo inteligente que entienda el contenido de cada mensaje, responda en tu propio estilo y tome decisiones simples por ti, sin que tengas que perder tiempo en tareas rutinarias.

«La IA puede leer, entender y contestar los emails rutinarios como si fueras tú, y así evitar que se te pase un mensaje importante o que tengas que disculparte por no responder a tiempo», explica.

«Estoy muy emocionado con la idea de un asistente universal de IA que te conozca de verdad, que enriquezca tu vida dándote recomendaciones útiles y que te ayude con las tareas mundanas», afirma. «Básicamente, te da más tiempo y te protege de otros algoritmos que solo quieren captar tu atención», añade.

Adiós a un pesado Gmail, hola a un correo que por fin es inteligente

Hassabis no es el único que sueña con un futuro donde la IA nos ayude con lo más pesado del día a día, pero su visión va un paso más allá. No se trata solo de productividad, sino de devolverle tiempo y control a las personas.

«Creo que podemos usar la IA al servicio del individuo», comenta. Y aunque reconoce que el impacto de la IA está «un poco sobrevalorado a corto plazo», está convencido de que a largo plazo los cambios serán profundos y durarán para siempre.

La idea es que este email de nueva generación no solo filtre y responda, sino que aprenda de ti, se adapte a tus necesidades y te ayude a tomar mejores decisiones.

Imagina por un momento, que parece que es lo que quieren hacer, abrir tu correo y ver solo lo que realmente importa, con respuestas ya preparadas y sin tener que estar perdiendo el tiempo con decenas de correos inútiles.

En cuanto a cuándo podrá esto suceder, Hassabis cree que estamos a solo cinco o diez años de un cambio radical. «Eso es muy poco tiempo si piensas en lo trascendental que será ese momento. Creo que será como una nueva Revolución Industrial», afirma.

¿Supone este avance la llega de la AGI?

Hassabis reconoce que la carrera por la inteligencia artificial general, esa IA capaz de igualar o superar la inteligencia humana en cualquier tarea, se ha acelerado mucho más de lo que esperaba. «Pensé que sería una batalla liderada por la ciencia, pero la comercialización llegó antes de lo previsto y ahora las grandes empresas están muy involucradas», explica.

Pese a todo esto, no, esta potencial novedad que podría llegar al correo electrónico no daría pie a este gran avance en IA.

Partiendo de la base de que se considera este avance como uno de los grandes logros de la humanidad al conseguir que la IA sea tan inteligente como un humano, matizar primero un pequeño aspecto que se recoge a la perfección en las palabras de Sophie Callies, experta en IA, neurociencia y filosofía:

«Decir que cualquiera, incluida la IA, puede alcanzar el nivel de la inteligencia humana, ya sea imitándola o realizándola, se basa en la premisa de comprender qué es realmente la inteligencia humana… pero nosotros, los neurocientíficos, no sabemos mucho sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y sus relaciones con nuestro cuerpo… Así que sí, estamos progresando, ¡pero persisten tantos misterios! Y dudo mucho que en un futuro próximo lo hayamos solucionado todo».

Como ya se ha explicado en otras ocasiones, se supone que las aplicaciones AGI replican la conciencia humana y las habilidades cognitivas sin problemas.

Sin embargo, los desarrolladores de esta tecnología no pueden crear redes neuronales que puedan imitar la conciencia artificial en un laboratorio, al menos no todavía. La conciencia humana es demasiado abstracta y asimétrica.

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