Aparecen en Perú 73 momias de 1.000 años de antigüedad.

Los investigadores también descubrieron máscaras de “cabeza falsa”.

Headshot of Tim NewcombPor Tim NewcombPUBLICADO: 03/01/2024

momias Perú

PUCP Archaeology Program “Valley of Pachacámac”, published under CC BY-SA 4.0

¿Por qué a este hombre lo enterraron con docenas de momias?

Unos fardos funerarios situados al pie del Templo Pintado, cerca de Lima (Perú), depararon recientemente una sorpresa a los arqueólogos. 73 momias en un mismo lugar, todas fechadas entre el 800 y el 1100 d.C. en un estado de conservación “espectacular”, eran la joya de la corona de un yacimiento que también reveló máscaras talladas de “cabeza falsa” y pistas sobre el Imperio Wari antes de la llegada de los incas.

El hallazgo se atribuye a un equipo de la Pontificia Universidad Católica del Perú -dirigido por el profesor Krzysztof Makowski- y está documentado en el blog Archeowiesci de la Facultad de Arqueología de la Universidad de Varsovia. Lo que hacía especialmente singular el hallazgo era que procedía de una compleja serie de cementerios (descubiertos previamente a finales del siglo XIX) que no estaban bien conservados y habían sido muy saqueados por ladrones de tumbas.

Descubrir 73 enterramientos intactos bajo la muralla inca fue ciertamente inesperado, y también lo fue el hecho de que estuvieran tan bien conservados, con atributos distintivos que han dado a los investigadores más en qué profundizar.

Cada uno de los fardos momificados venía envuelto en telas y cuerdas, algunas de ellas bastante coloridas. El equipo también encontró “cabezas falsas”, máscaras de madera tallada y cerámica destinadas a dar vida al difunto cuando se trasladaba al “mundo de los antepasados”.

“La condición era que los miembros de la familia cumplieran con su deber y prepararan al difunto para seguir viviendo”, explica Makowski en la entrada del blog. “Este deber de asegurar la continuidad de la vida tras la vida a los antepasados inmediatos se tomaba muy en serio”.

El equipo también descubrió dos báculos de madera tallada decorados con imágenes de dos dignatarios, que llevaban tocados que recordaban al cercano reino de Tiwanaku. Los bastones se hallaron en una capa cubierta de fragmentos de conchas de ostras espinosas que probablemente habían sido importadas de lo que hoy es Ecuador. Según el blog, las tallas de madera de los bastones representan a dos deidades de pie sobre un alto pedestal.

Tanto la iconografía como las conchas muestran la conexión de los Wari con las zonas situadas al norte y al sur de su asentamiento. El equipo cree que estudiando el yacimiento pueden poner en tela de juicio las creencias anteriores de que el yacimiento de Pachacámac era únicamente una ciudad sagrada, y demostrar que tuvo un carácter único durante el Imperio Wari.

El equipo cree que sus hallazgos indican que entre los años 800 y 1100 d.C., Pachacámac era un asentamiento más modesto con una plataforma ceremonial. Esto contrasta fuertemente con el lugar altamente religioso en el que se cree que se convirtió el sitio bajo el dominio inca. El equipo afirma en el blog que el nuevo hallazgo es una “auténtica mina de oro de información sobre la posición social de hombres, mujeres y niños”, y que el análisis continuado de los restos desenterrará más pistas sobre la historia wari.

Vía: Popular Mechanics

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