Un grupo de arqueólogos descubrió una extensa red de túneles subterráneos incas, denominados chincanas, que conectan sitios históricos en Cusco, como el Coricancha y Sacsayhuamán.
La red subterránea inca, conocida como chincanas, conecta sitios emblemáticos del Cusco como el Coricancha, Sacsayhuamán, Muyumarca y Callispuquio. Foto: ChatGPT IA
Foto del autorRenzo Loza
Un grupo de arqueólogos ha corroborado la existencia de una extensa red de túneles incaicos, llamados chincanas, situados bajo la ciudad de Cusco. El anuncio, efectuado el 6 de enero en la Municipalidad Provincial de Cusco, confirmó que estas estructuras conectan destacados sitios históricos como el Coricancha, Sacsayhuamán, Muyumarca y Callispuquio, evidenciando la avanzada ingeniería y la meticulosa planificación arquitectónica del Imperio Inca.
La principal vía identificada tiene 1.750 metros de longitud y discurre a una profundidad de entre 1,4 y 2,5 metros. Asimismo, los investigadores han detectado ramificaciones que extienden esta red a otros sectores arqueológicos, lo que refuerza la importancia cultural y estratégica de estas estructuras en la historia del Tahuantinsuyo.
¿Qué es la chincana y qué representa en la cultura inca?
El vasto legado arquitectónico de los incas incluye las chincanas, cuyo nombre en quechua significa «laberinto». Estas calles subterráneas cumplían funciones que iban más allá de la comunicación, sirviendo como corredores rituales y estratégicos, según relatan crónicas históricas. Este descubrimiento no solo destaca la avanzada ingeniería civil incaica, sino también la importancia espiritual y administrativa de estas estructuras. La complejidad de la red subterránea refleja el profundo conocimiento en planificación urbana y simboliza la estrecha relación entre la infraestructura y la cosmovisión andina.
La red de chincanas representa igualmente la habilidad del Imperio Inca para fortalecer su control político y administrativo, al permitir una gestión eficiente de sus extensos territorios. Asimismo, su construcción pone de manifiesto la relevancia de la arquitectura como un medio para promover la identidad cultural y fomentar la cohesión social.

Los túneles entre Sacsayhuaman y Coricancha tendrían un recorrido de 1,750 metros. Foto Captura
Garcilaso de la Vega, en los Comentarios Reales de los Incas (1609), describe estas estructuras como «calles y alamedas subterráneas» que unían templos y fortalezas, mientras que otras se extendían hacia el corazón de los Andes. Por su parte, crónicas jesuitas del siglo XVII detallan la existencia de un pasaje que atravesaba el Cusco, conectando Sacsayhuamán con el Coricancha, sin alterar el trazado urbano de la época.
El recorrido de los túneles: desde el Coricancha hasta Sacsayhuamán
La red de túneles hallada establece conexión entre dos de los sitios arqueológicos más destacados de Cusco: el Coricancha, principal centro espiritual del Tahuantinsuyo, y la fortaleza de Sacsayhuamán. De acuerdo con los arqueólogos, esta red también se extiende mediante ramificaciones hacia Muyumarca y Callispuquio, puntos clave en la organización estratégica de los incas.
El descubrimiento ofrece valiosa información sobre la organización territorial del Tahuantinsuyo, evidenciando que cada estructura y conexión subterránea seguía un plan meticuloso. También resalta la destreza de los incas para trabajar el subsuelo en armonía con su entorno mediante técnicas avanzadas. Los túneles de Cusco abren oportunidades para la investigación arqueológica, revelando aspectos de la vida cotidiana, prácticas espirituales y estructura política de esta civilización.

Estructura trapezoidal en la explanada de Sacsayhuaman, según datos obtenidos a través del georradar. Foto: Captura
El diseño de estas estructuras subterráneas demuestra un alto nivel de ingeniería. Los túneles fueron construidos mediante zanjas revestidas con muros de piedra trapezoidales, cubiertas por vigas labradas. Posteriormente, se rellenaron para construir caminos y andenes en la superficie, evidenciando la complejidad del urbanismo inca.
¿Cómo se descubrieron los túneles subterráneos incas?
El hallazgo es el resultado de décadas de investigación interdisciplinaria. Los arqueólogos Jorge Calero y Mildred Fernández, en conjunto con un equipo multidisciplinario, combinaron estudios históricos con tecnología de punta. Primero, analizaron crónicas como la del historiador Manuel Chávez Ballón, quien sugirió buscar bajo los caminos y andenes. Luego, usaron pruebas de sonido para identificar ecos que indicaban estructuras huecas.
Finalmente, emplearon georradares, los cuales detectaron vacíos cercados por paredes trapezoidales, confirmando la presencia de túneles. El siguiente paso en esta investigación arqueológica en Cusco será excavar puntos clave de la red. Esta etapa, programada para marzo y abril de 2025, busca revelar más detalles sobre la funcionalidad y extensión de las chincanas.