Confirmación científica de la mayor ola gigante (o vagabunda) registrada hasta la fecha

PELIGRO OCEÁNICO

La cresta marina aislada detectada en 2020 en la costa de la isla de Victoria (Canadá), alcanzó los 17,5 metros

Los expertos estudian las olas gigantes para determinar su origen y evitar posibles daños  .

Los expertos estudian las olas gigantes para determinar su origen y evitar posibles daños . WP / CC0 1.0

Confirmación científica de la mayor ola gigante (o vagabunda) registrada hasta la fecha

JOAQUIM ELCACHO

Los relatos marineros y las leyendas han mencionado en muchas ocasiones la existencia de olas gigantes y aisladas que se tragan barcos o golpean la costa de la forma más imprevisible. Existen pocas imágenes reales (las películas estilo La tormenta perfecta, no cuentan) que documenten este tipo de fenómenos, pero los modernos equipos oceanografía han permitido confirmar la existencia de las olas gigantes, también conocidas como olas vagabundas y olas monstruo. En inglés, la variabilidad en la denominación de estas rarezas oceánicas es incluso mayor: rogue waves -olas rebeldes-, freak waves, monster waves, episodic waves, killer waves, extreme waves, abnormal waves…

Independientemente del nombre popular que se utilice, los expertos señalan que estas olas se caracterizan por ser aisladas y espontáneas, es decir, que sobresalen con mucho -en altura- respecto a las olas circundantes y que su formación no se explica por terremotos, tsunamis u otros eventos externos similares. Se da por supuesto que el viento y las corrientes marinas influyen en su formación, pero los detalles del proceso todavía no han sido descritos.

Un caso bien documentado

El profesor Johannes Gemmrich y la profesora Leah Cicon, ambos de la

Escuela de Ciencias de la Tierra y el Océano de la Universidad de Victoria (Canadá), trabajan desde hace más de una década en el análisis de fenómenos marinos extremos y ahora han publicado los resultados de uno de sus estudios, en la que consideran “posiblemente, la ola vagabunda de altura normalizada más grande jamás registrada”.

En concreto, Gemmrich y Cicon han comprobado los registros de una ola que el 17 de noviembre de 2020 alcanzó la costa de Ucluelet, en el oeste de la isla de Vancouver, con una altura de 17,6 metros.

Los autores detallan que esta ola en particular superó en más del triple la altura media de las olas que estaban llegando a la costa antes y después que ella. De aquí que pueda tener sentido la denominación de vagabunda para referirse a la que ahora se conoce también, en concreto, como la ola Ucluelet.

Existen datos sobre olas de mayor altura e incluso algunos surfistas se han mantenido en pie por encima de los 20 metros pero el estudio que ahora se presenta se refiere a un tipo concreto de olas (como ya se ha indicado) y a una altura estandarizada medida en la costa gracias a una boya de registro.

Ola de gran altura en la costa de Nazaré (Portugal),

Para los más curiosos, y también para los incrédulos, los detalles de esta investigación han sido publicados en la revista Scientific Reports (edición on line, 2 de febrero de 2022). No existen fotografías ni videos de esta ola vagabunda de Ucluelet pero el  artículo científico incluye gráficos de sus registros.

Scientific Reports

Registros de la ola gigante del 17 de noviembre de 2020 en la isla de Vancouver. Las líneas discontinuas verticales muestran el grupo de olas del momento estudiado, con la elevación de la ola vagabunda en la zona central. a): Elevación de la superficie.

b): Espectrograma de elevación de la superficie usando la wavelet de Morlet.

También, en la documentación adjunta al artículo en Scientific Reports, se incluye una simulación gráfica de la formación de la ola de Ucluelet.

La Universidad de Victoria, en una nota divulgativa, recuerda que “los científicos oceánicos todavía están tratando de averiguar cómo se originan las rogue waves, por qué se elevan tanto y cuánto tiempo pueden mantener su altura”.

Comprender este fenómeno es importante porque las olas vagabundas pueden sorprender a la tripulación a bordo de los barcos, lo que significa que normalmente no tienen tiempo para tomar medidas como cambiar el rumbo para su seguridad, indica la universidad en la que trabajan los autores de la investigación ahora publicada.

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