El mundo se dirige a una sociedad de ‘ricos’ y ‘pobres’ por culpa de la IA: «Se convertirá en una nueva línea divisoria social».

Teniendo en cuenta el potencial de la IA a día de hoy, ya son muchos expertos los que hablan de una sociedad más dividida que nunca debido a esta tecnología.

Sociedad de ‘ricos’ y ‘pobres’ por culpa de la IA

Generada con IA

Por: Carolina González Valenzuela

En la actualidad, todo el mundo habla de cómo la IA va a cambiar el mundo, de que va a hacerte la vida más fácil, que va a aumentar tu productividad y que incluso podría resolver problemas que la humanidad lleva décadas tratando de poner fin.

El gran punto aquí es si de verdad será así para todos o, como advierten cada vez más expertos, el mundo está a las puertas de una nueva división social entre quienes dominen la IA y quienes se queden fuera.

Dando un poco de contexto y si miras la historia, cada gran avance tecnológico ha traído consigo promesas de avances, pero también nuevas desigualdades. Pasó con el transporte, con la electricidad, con internet… y ahora, con la IA, el riesgo parece aún mayor. «La IA se va a convertir en una nueva línea divisoria social», dice Don Tapscott, cofundador del Blockchain Research Institute. Y no es el único que lo piensa.

Los datos hablan por sí solos y las grandes empresas tecnológicas, como Google, Microsoft u OpenAI, están a la cabeza de la carrera por la IA. Sus acciones se han disparado y los inversores apuestan todo por un futuro donde la inteligencia artificial sea el motor de la economía.

Pero, como recuerda el profesor George Athanassakos, «la innovación suele concentrar el poder y la riqueza en pocas manos». Es decir, que los beneficios de la IA podrían quedarse, una vez más, en unos pocos.

Algunos expertos van un poco más allá e incluso comentan que la IA podría devolvernos a una especie de feudalismo. En la Edad Media, los ‘señores’ controlaban la tierra y los ‘siervos’ trabajaban para ellos, sin apenas derechos ni movilidad. Ahora, los ‘señores’ serían quienes controlan los sistemas de IA y los ‘siervos’ quienes no tengan acceso ni formación para usarlos.

La IA no solo dará pie a desigualdades, también será un multiplicador de capacidades.

En pocas palabras, quien sepa usarla bien será mucho más productivo, y, por encima de eso, tendrás más influencia y capacidades que el resto. Tapscott comenta que «una pequeña clase de individuos mejorados podría dominar la productividad, la creatividad y la influencia». Los demás, simplemente, tendrán que conformarse con seguir el ritmo… o quedarse atrás.

Eso sí, el acceso a la IA tampoco es tan democrático como algunos quieren vender y Google, por ejemplo, acaba de anunciar una suscripción premium de 250 dólares al mes para usuarios avanzados de su IA. No es precisamente un precio para todos los bolsillos.

Y aunque cada vez hay más herramientas gratuitas o asequibles, eso es cierto, la realidad es que la mayoría de la gente no sabe cómo funcionan, ni cómo pueden aplicarlas a su vida o su trabajo. No hay formación de ningún tipo por parte de sus empresas y otros simplemente no pueden tener acceso a esta tecnología.

Además, hay un riesgo que no se ve tan a simple vista que entra en juego y es el de la dependencia intelectual. Un estudio reciente de Microsoft advierte que la IA, si se usa mal, puede reducir la capacidad de pensar de forma crítica y resolver problemas por nosotros mismos.

Es decir, que la humanidad podría acabar siendo menos autónoma y más dependiente de lo que diga una máquina y eso, desde luego, no es el camino por seguir. ¿Esto quiere decir que la IA es mala o peligrosa? No necesariamente.

Pero queda claro que el cómo la usas es vital, aunque, por encima de todo esto, parece que el quién la usa también va a marcar el camino de hacia dónde se dirigirá esta tecnología, ya que ten por seguro que su acceso ya está actualmente dividiendo bastante a la población.

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