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Han pasado casi 350 años desde que Sir Isaac Newton describió las leyes de la física del movimiento. Sus postulados afirman que “para cada acción, hay una reacción igual y opuesta”.
Estas leyes sentaron las bases para comprender nuestro sistema solar. En términos más generales nos permiten para comprender la relación entre un cuerpo de masa y las fuerzas que actúan sobre él.
Sin embargo, el trabajo innovador de Newton también creó un problema que ha desconcertado a los científicos durante siglos: “el problema de los tres cuerpos”.
Una nueva comprensión del dilema centenario.
Después de usar las leyes del movimiento para describir cómo el planeta Tierra órbita alrededor del sol, Newton asumió que estas leyes nos ayudarían a calcular lo que sucedería si se añadiera a la mezcla un tercer cuerpo celeste, como la luna.
Sin embargo, las ecuaciones de tres cuerpos se volvieron mucho más difíciles de resolver.
Cuando dos (o tres cuerpos de diferentes tamaños y distancias) orbitan un punto central, es fácil calcular sus movimientos utilizando las leyes de movimiento de Newton.
Sin embargo, si los tres objetos tienen un tamaño y una distancia comparables desde el punto central, se desarrolla una lucha de poder y todo el sistema se ve sumido en el caos.
Cuando ocurre el caos, se hace imposible rastrear los movimientos de los cuerpos usando las matemáticas regulares. Nos adentramos entonces en el problema de los tres cuerpos.
Un equipo internacional, dirigido por el astrofísico Dr. Nicholas Stone en la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha dado un gran paso adelante para resolver este enigma.
Sus hallazgos fueron publicados en la última edición de Nature.
Stone y el profesor Nathan Leigh de la Universidad de Concepción de Chile se basaron en descubrimientos de los últimos dos siglos.
A saber, que los sistemas inestables de tres cuerpos eventualmente expulsarán a uno de los tres y formarán una relación binaria estable entre los dos cuerpos restantes.
Esta relación fue el foco de su estudio.
El problema de los “tres cuerpos” casi resuelto.
En lugar de aceptar el comportamiento caótico de los sistemas como un obstáculo, los investigadores utilizaron las matemáticas tradicionales para predecir los movimientos de los planetas.
“Cuando comparamos nuestras predicciones con los modelos generados por computadora de sus movimientos reales, encontramos un alto grado de precisión”, compartió Stone.
Los investigadores enfatizan que sus hallazgos no representan una solución exacta al problema de los tres cuerpos.
Sin embargo, las soluciones estadísticas siguen siendo extremadamente útiles ya que permiten a los físicos visualizar procesos complicados.
“Tomemos tres agujeros negros que orbitan entre sí. ¿Sus órbitas necesariamente se volverán inestables e incluso después de que una de ellas sea expulsada, todavía estamos muy interesados? En la relación entre los agujeros negros sobrevivientes”, explicó Stone.
Esta capacidad de predecir nuevas órbitas es fundamental para nuestra comprensión de cómo estos, y cualquier sobreviviente con problemas de tres cuerpos, se comportarán en una situación recientemente estable.