Una larga travesía de 14 años que culminó en el interior de un infierno gaseoso
Uno de los viajes espaciales más fascinantes fue iniciado el 18 de octubre de 1989 por la NASA con el lanzamiento de la sonda espacial Galileo.
Durante su viaje hacia Júpiter, la sonda Galileo alcanzó algunos hitos, al ser la primera nave espacial que visitó un asteroide (Gaspra, el 9 de octubre de 1991, y posteriormente Ida, el 28 de marzo de 1993). También fue la primera nave que observó el impacto de un cometa contra un planeta, concretamente el cometa Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter entre el 16 y el 22 de julio de 1994. Su viaje hasta el mayor planeta del Sistema Solar duró casi 14 años, concretamente 13 años, 11 meses y 3 días, recorriendo una distancia de 4.631.778.000 kilómetros.
El lanzamiento de la sonda Galileo con el transbordador espacial Atlantis en su misión STS-34 (Foto: NASA).
Al llegar a la órbita de Júpiter, el 13 de julio de 1995 la nave espacial se separó en dos partes: el orbitador y la sonda espacial. El orbitador continuó haciendo observaciones hasta el 21 de septiembre del 2003, cuando la NASA decidió estrellarlo contra Júpiter para evitar que cayese y contaminase alguno de sus satélites. La sonda descendió al interior de Júpiter el 7 de diciembre de 1995, iniciando un periplo sin precedentes en la historia de la carrera espacial por las condiciones extremas que tuvo que soportar.
Recreación artística de la sonda espacial Galileo (Fuente: NASA / Madrid Deep Space Communications Complex).
La sonda Galileo entró en la atmósfera de Júpiter a una velocidad de 250.000 km/h. Su escudo térmico alcanzó una temperatura de 15.500 ºC. Fue un esfuerzo tan brutal que el escudo, construido con carbono fenólico, perdió más la mitad de su masa durante el descenso (pesaba inicialmente 150 kg y al desprenderte sólo quedaban 72 kg). Tras atravesar la atmósfera, la sonda desplegó un paracaídas para frenar su descenso, reduciendo su velocidad hasta 430 km/h. Finalmente, la altísima temperatura del interior de Júpiter, de unos 1.700 °C, y una presión de 5.000 atmósferas acabaron por volatilizar la sonda.
Durante su descenso, Galileo pudo analizar la composición de la atmósfera de Júpiter, descubriendo abundancia de argón, criptón y xenón, lo cual ha llevado a los científicos a concluir que Júpiter pudo estar más lejos del Sol es lo que está actualmente, ya que para atrapar esos gases el planeta tendría que haber estado mucho más frío que ahora.
Sobre este fascinante viaje, V101 Space ha publicado hoy un excelente vídeo recreando el descenso de la sonda Galileo al interior de Júpiter (el vídeo está en inglés, puedes activar los subtítulos automáticos en español en la barra inferior del reproductor):
Pueden ver aquí algunas capturas del vídeo.
1. Aquí vemos la sonda con su escudo término en su entrada en la atmósfera joviana.
2. El descenso de la sonda Galileo con su paracaídas, que redujo drásticamente su velocidad de entrada.
La sonda en el interior gaseoso de Júpiter, antes de volatilizarse por las altas temperaturas y la elevadísima presión.