Elon Musk tiene una obsesión que va mucho más allá de los coches eléctricos y los cohetes: convertir a Estados Unidos en la mayor potencia mundial colonizando Marte
Elon Musk en Marte
Montaje/X de Elon Musk/Generado con IA
Por: Carolina González Valenzuela
El también CEO de SpaceX o Tesla no esconde sus intenciones y durante un reciente mitin en Wisconsin, Elon Musk fue tajante: “Moriré en Estados Unidos. No voy a ninguna parte. Podría ir a Marte, pero será parte de Estados Unidos”.
Lo cierto es que esta corta frase dice mucho más de lo que uno cree y no es solo un guiño patriótico, sino la declaración de una misión que, según él, garantizaría la supremacía estadounidense durante siglos.
Y es que, si consigue establecer una colonia autosuficiente en Marte, este cree que EEUU liderará la próxima gran carrera tecnológica y geopolítica, dejando atrás a rivales como China. En cuanto al plan para conseguir esto, todo empieza con el lanzamiento del cohete Starship, previsto para 2026, que servirá de puente para enviar cargamento y, más adelante, humanos al planeta rojo.
En la hoja de ruta establecida aparece una misión no tripulada en 2028 para preparar el terreno, y la llegada de los primeros astronautas en 2029 o, siendo realistas, en 2031. A partir de ahí, SpaceX quiere construir bases permanentes, invernaderos y fábricas que permitan a las personas que estén allí producir su propio oxígeno, alimentos y materiales, sin depender de la Tierra.
Su objetivo es que, para 2050, haya más de un millón de personas viviendo en Marte, en una ciudad autosuficiente y democrática. Para lograrlo, SpaceX planea lanzar hasta 1.000 Starships en cada ventana de oportunidad, que ocurre cada 26 meses, con viajes de unos 115 días de duración.
Aunque parece una idea bastante estrafalaria, muy típica también es cierto, de Elon Musk, la idea de colonizar Marte para determinadas potencias como EEUU sería el mayor golpe de efecto en la historia moderna, situando a este país como líder de la exploración espacial y la innovación tecnológica.
El propio Musk lo describe como «el seguro de vida de la humanidad”»: si algo catastrófico ocurre en la Tierra, la civilización podría continuar en Marte.
Pero, como antes se ha comentado, no todo se centra en el humano y esa gran batalla que actualmente está librando EEUU con China también ha puesto sus ojos en la Luna y Marte.
El éxito de SpaceX dejaría bastante claro al mundo la hegemonía estadounidense en el espacio. Musk sabe que quien controle los recursos y la tecnología para vivir fuera de la Tierra tendrá una ventaja total en la economía y la política global del futuro.
Sin embargo, esto no es tan fácil como aparentemente parece y hay algunas piedras por el camino. El Tratado sobre el Espacio Exterior de 1967 prohíbe la apropiación nacional de cuerpos celestes, lo que complica la idea de que Marte sea «parte de Estados Unidos».
El CEO de Tesla, fiel a su estilo, no tiene demasiado en cuenta estos obstáculos legales y apuesta por una «colonia democrática» que, en realidad, estaría bajo la influencia estadounidense.
Por supuesto, aquí hay que tener también en cuenta que Marte no es un lugar precisamente amable a nivel de condiciones. Las temperaturas extremas, tormentas de polvo, falta de oxígeno y radiación letal son solo algunas de cosas con las que podrían encontrarse.
No va a ser fácil, pero parece que, aun así, SpaceX ya trabaja en hábitats, trajes espaciales y hasta robots como el Tesla Optimus, que podrían ayudar en la construcción de infraestructuras y en las primeras fases de supervivencia en Marte.
¿Vida en Marte? ¿Es eso realmente posible?
Sin duda es la gran pregunta. Hasta ahora, ningún humano ha pisado el planeta rojo, pero parece que el multimillonario sudafricano y su equipo creen que la tecnología puede superar estos retos, desde la producción de oxígeno a partir del CO₂ marciano hasta la creación de invernaderos autosuficientes.
En el caso de la prestigiosa NASA y otras agencias espaciales, son más cautas y prevén que no habrá humanos en Marte antes de la década de 2040 y advierten de los riesgos médicos y psicológicos de una misión tan larga y compleja.
Pese a todo, Musk sigue adelante. Para él, colonizar Marte es la única garantía de supervivencia a largo plazo para la humanidad. «El Sol acabará destruyendo la Tierra en cientos de millones de años. Tenemos que ser una civilización multiplanetaria», comenta.