En 1978, este extraño elefante nació en un zoo de UK: hoy sabemos que fue un animal que no debió existir.

En 1978, este extraño elefante nació en un zoo de UK: hoy sabemos que fue un animal que no debió existir

La corta vida de Motty estuvo marcada por el dolor y la enfermedad. Su nacimiento se debió a la convivencia forzada de dos tipos de elefantes que nunca habrían coincidido en libertad

Foto: Motty, que desde su nacimiento fue extremadamente frágil (Derek G. Lyon)

Por R. Badillo

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Motty fue un ejemplar irrepetible. Este elefante híbrido, nacido el 11 de julio de 1978 en el Chester Zoo, en Reino Unido, ha pasado a la historia como el único cruce confirmado entre un elefante africano (Loxodonta africana) y una elefanta asiática (Elephas maximus). Su nacimiento, considerado una rareza biológica, desafió todo lo establecido por la ciencia sobre los límites reproductivos entre especies. Su gestación fue posible gracias a que sus padres convivían en un mismo recinto dentro del citado zoológico. Su madre, Sheba, pertenecía a la especie asiática, mientras que su padre, Jumbolino, era africano. La imposibilidad de este cruce en el medio natural no solo se debe a su aislamiento geográfico, sino también a su lejana relación genética, ya que pertenecían a géneros distintos.

Imagen: Motty, siendo alimentado con un biberón por un cuidador (Derek G. Lyon)

La llegada al mundo de este pequeño elefante sorprendió a los expertos. Motty presentaba una mezcla física de características de ambas especies: tenía orejas grandes y el contorno craneal propio del elefante africano, mientras que el número de uñas en sus patas coincidía con el patrón asiático.

Un animal con rasgos anatómicos combinados

El análisis morfológico del animal reveló una fusión extraordinaria. En sus patas delanteras tenía cinco uñas y en las traseras, cuatro, un rasgo típico de los elefantes asiáticos. Sin embargo, su tamaño corporal, la forma de la cabeza y las orejas apuntaban a su ascendencia africana. Esa combinación de características lo convirtió en un caso único de hibridación interespecífica.

Imagen: Así eran los padres biológicos de Motty (Derek G. Lyon)

Este fenómeno biológico fue confirmado mediante análisis de tejidos, que validaron la hibridación. Desde entonces, Motty es recordado como el elefante más raro del mundo, un (triste) título que fue reconocido por el Libro Guinness de los Récords.

Una vida breve y marcada por la enfermedad

La historia de Motty, sin embargo, estuvo marcada por la fragilidad desde el inicio. Nació con seis semanas de antelación, pesando por debajo de lo normal, y necesitó cuidados intensivos desde el primer momento. A pesar de los esfuerzos del equipo veterinario, falleció apenas 10 días después de nacer.

Imagen: Desde sus primeros momentos de vida, Motty siempre estuvo muy débil (Derek G. Lyon)

La autopsia posterior determinó que había sufrido enterocolitis necrosante, una enfermedad gastrointestinal grave, agravada por una infección de Escherichia coli detectada tanto en el colon como en el cordón umbilical. Su fallecimiento supuso un duro golpe para el equipo del zoológico, que había depositado grandes esperanzas en su recuperación. Actualmente, el cuerpo de Motty se conserva, según diversas fuentes, en una colección privada vinculada al Museo de Historia Natural de Londres. Desde su nacimiento no se ha documentado ningún otro cruce similar entre ambas especies de elefante, lo que confirma su excepcionalidad.

Imagen: Así podría haber sido Motty si hubiese alcanzado la edad adulta (Paul Willison)

Otros híbridos entre especies distintas, como el beefalo o el wholphin, han sido observados, pero ninguno alcanza el grado de rareza de este elefante. Su existencia plantea interrogantes sobre los límites de la hibridación natural y los riesgos que conlleva alterar las fronteras genéticas dentro de los zoológicos.

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