En qué componentes debes fijarte al comprar un portátil para trabajar

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Rubén Andrés

En los últimos tiempos muchas personas buscan un portátil para poder teletrabajar, pero a veces no es una tarea sencilla. Además del disco duro o el procesador hay que fijarse en otros tantos componentes de vital importancia. Te contamos qué debes tomar en cuenta a la hora de invertir en esta importante herramienta de trabajo.

Los ordenadores portátiles siempre han estado ligados a su uso profesional. De hecho, debido a su elevado precio, los primeros equipos de estas características solo estaban al alcance de los empleados de las grandes compañías y tardaron en llegar a particulares. Pero hoy día un gran número de personas tienen uno en casa y con el teletrabajo las ventas se han disparado.

Por suerte, en la actualidad cualquier usuario puede comprar un portátil profesional, y los fabricantes tienen en el mercado tantas configuraciones que puedes elegir el que mejor se adapte a tu forma de trabajar. Los hay, por supuesto, desde baratos hasta extremadamente caros, pero ahí has de ser tú quien decida qué modelo te conviene más.

Nadie como tú conoce tu flujo de trabajo y las necesidades de tu día a día, por lo que ya partes de una sólida base. Además, una característica que debe ser común a cualquier ordenador o PC que compres es que sus componentes sean equilibrados entre sí.

Dado que cada trabajo requiere unas herramientas diferentes, debes adaptar tu portátil a esas necesidades para evitar pagar de más o encontrarte con la desagradable sorpresa de que tu portátil no rinde como esperabas al ejecutar las aplicaciones que utilizas habitualmente para desarrollar tu trabajo.

Para ayudarte a elegir el mejor equipo para ti, te contamos cuáles son los componentes y características que debes tener en cuenta a la hora de comprar el mejor portátil profesional.

Índice de contenido

  • Conoce los requisitos de los programas que usas para trabajar
  • Elige una pantalla cómoda
  • El procesador, la clave de todo
  • No siempre se necesita una tarjeta gráfica
  • ¿Cuánta memoria RAM necesitas?
  • Rapidez o capacidad, el almacenamiento lo eliges tú
  • ¿Trabajas fuera de la oficina? La batería importa
  • Teclado y touchpad, los grandes olvidados
  • Conexiones, más vale que sobren que no que falten

Conoce los requisitos de los programas que usas para trabajar

Lo primero que tienes que hacer antes de emprender la búsqueda del mejor portátil para trabajar es conocer los requisitos técnicos de los programas que vas a utilizar en tu día a día, así como tener en cuenta el peso de los archivos que gestionas. De ello dependerá la elección de unos componentes u otros.

Y es que no necesita el mismo hardware un representante del departamento de ventas, que se pasa toda su jornada visitando a sus clientes, que un diseñador de videojuegos o un arquitecto que necesita procesar datos en 3D. Distintas necesidades profesionales, distinto hardware.

Por lo tanto, te recomendamos que hagas una lista de las aplicaciones que usas habitualmente y que busques en su página web o en Google qué requisitos técnicos necesitan para funcionar. La conjunción de las especificaciones comunes de todas ellas te dará un perfil muy aproximado del portátil que necesitas para trabajar con fluidez.

Elige una pantalla cómoda

Dado que pasamos buena parte de nuestra jornada mirando el monitor de nuestro PC, la pantalla es uno de los componentes más importantes en un portátil. No solo define la calidad de imagen que vas a obtener, sino que también determinará la comodidad de uso a la hora de utilizar varias ventanas simultáneamente, lo cual es un factor clave para tu productividad frente al portátil.

Elegir un determinado tamaño de pantalla no solo define tu productividad con el portátil encendido, sino que también será decisivo a la hora de transportarlo, siendo un portátil más voluminoso y pesado, o más ligero y fácil de llevar.

Productividad con el ordenador portátil

Getty Images

Nadie conoce mejor que tú cómo se desenvuelve tu jornada de trabajo, así que valora bien tus necesidades diarias para encontrar un equilibrio adecuado en las especificaciones de tu pantalla. Por ejemplo, si necesitas llevar el portátil todo el día encima, pero realmente solo usas una o dos aplicaciones a la vez, lo mejor es optar por un tamaño de pantalla compacto de unas 13 pulgadas para obtener un portátil profesional compacto.

Si prácticamente no vas a moverlo de la mesa de la oficina, lo mejor es optar por tamaños mayores y trabajar cómodamente con varias aplicaciones abiertas sin tener que estar abriendo y cerrando constantemente las ventanas.

A estas alturas, y si el presupuesto te lo permite, el requisito mínimo debería ser una pantalla con resolución Full HD y pantalla mate antirreflectante para evitar los molestos brillos de la luz artificial en la pantalla mientras trabajas.

El procesador, la clave de todo

El procesador es la piedra angular sobre la que se sustenta todo el sistema, por lo que es uno de los componentes en los que más debes fijarte al comprar un portátil para trabajar.

De él dependerá, en gran medida, si tu experiencia de uso diaria es satisfactoria o no. Las marcas habitualmente ofrecen el mismo modelo de portátil con diferentes configuraciones entre las que puedes elegir el procesador que montará tu equipo.

Ante la deriva de AMD en materia de procesadores para portátiles durante de la última década, Intel se ha posicionado como única alternativa eficiente para un portátil profesional, al menos hasta que los futuros procesadores Ryzen Mobile para portátiles se posicionen como alternativa solvente.

En este punto cabe hacer una diferenciación entre los procesadores Intel para escritorio y los destinados a portátiles. En ambos casos se refieren a ellos como Intel Core i3, i5 o Core i7, pero hay que tener en cuenta que ni su rendimiento es equivalente, ni su consumo de energía.

Conviene prestar atención cuando se revisan los requisitos técnicos de las aplicaciones en las que se indica, por ejemplo, que necesita un procesador Intel Core i5 de cuatro núcleos, porque al usar su versión portátil pueden convertirse en un doble núcleo.

Intel también cuenta con una edición de procesadores vPRO en sus familias de procesadores Intel Core i5 y Core i7 que proporcionan funciones adicionales de seguridad y gestión remota para los portátiles profesionales. De ese modo, el departamento de informática puede realizar el mantenimiento y actualizaciones necesarias, sin que el usuario tenga que dejar de usarlo.

No siempre se necesita una tarjeta gráfica

En lo relativo a la elección de la tarjeta gráfica para trabajar, una vez más tu actividad profesional será la clave para seleccionar el modelo más adecuado, ya que marcará la diferencia en tu productividad.

Partimos de la base que todos los portátiles basados en procesadores Intel incluyen una tarjeta gráfica que se encarga de procesar los gráficos que se muestran en pantalla. La disyuntiva aparece cuando debes decidir si la potencia de procesamiento de la GPU integrada es suficiente para desarrollar tu trabajo diario, o necesitas un chip dedicado para obtener un mayor rendimiento.

nvidia GPU

Si las aplicaciones que usas habitualmente en tu trabajo pueden englobarse dentro del grupo de las herramientas de ofimática y no requieren un trabajo gráfico intensivo, probablemente con la GPU integrada en el procesador tendrás más que suficiente.

En cambio, si la edición de vídeo, de fotografía, o el renderizado de texturas en 3D ocupa parte importante de tu jornada laboral, comprar un portátil profesional con GPU dedicada resulta imprescindible para obtener un buen rendimiento en estas tareas.

Esto se hace extensible a determinadas aplicaciones científicas en las que, a pesar de no estar dedicadas al renderizado de gráficos en 3D, se utilizan los núcleos de procesamiento de las tarjetas gráficas para acelerar el cálculo en simulaciones. Nuevamente te remitimos a las especificaciones técnicas de tu software habitual para conocer si esas aplicaciones hacen uso de los núcleos del procesador gráfico.

Tal y como sucede en el caso de los procesadores, los fabricantes acostumbran a lanzar los mismos modelos con configuraciones con y sin tarjeta gráfica. Eligiendo el modelo adecuado podrás ahorrarte algunos euros en la factura final de tu portátil.

¿Cuánta memoria RAM necesitas?

La cantidad de memoria RAM que necesitas en tu portátil para trabajar está muy relacionada con el uso de una tarjeta gráfica dedicada o no. En un portátil profesional, esa elección marca el camino para exigir mayores prestaciones a otros componentes.

Cabe destacar que tener más RAM no va a hacer que el portátil vaya más rápido, pero sí lanzará más rápidamente las aplicaciones y todo se moverá con más fluidez.

Si optas por usar la tarjeta gráfica integrada en el procesador, muy probablemente será suficiente con que el portátil que uses para trabajar monte 8 GB de memoria RAM. Ya que eso indicará que las aplicaciones que usas habitualmente no son muy exigentes a nivel de hardware.

memoria ram del Lenovo Y700

Con 8 GB de RAM el sistema operativo será capaz de mover el portátil de forma fluida en el día a día y mantendrá un cierto porcentaje de memoria de reserva para cuando se le exija un pico extra de rendimiento.

En cambio, si necesitas usar una GPU dedicada, es indicativo de que el software que vayas a usar requerirá un alto rendimiento y consumirá recursos por encima de la media para aplicar filtros de texturas o al renderizar. En ese caso, deberías comprar un portátil con 16 GB de RAM o más.

Otro aspecto muy a tener en cuenta a la hora de elegir un portátil para trabajar son las opciones de ampliación. Los fabricantes no acostumbran a dar muchos detalles al respecto, pero investigando mínimamente en las especificaciones técnicas, puedes descubrir si el equipo cuenta con dos zócalos de memoria en los que, dependiendo de la configuración, puede que solo se utilice uno de ellos o use una capacidad por debajo de lo que la placa base permite.

Esto deja la puerta abierta a futuras actualizaciones en la que fácilmente podrías duplicar la cantidad de memoria RAM que incluía tu portátil de origen. Eso sí, debes asegurarte qué tipo de memorias monta ya que, si monta una memoria RAM de tipo LPDDR3 o LPDDR4, significa que está soldada a la placa base y no podrá ampliarse en el futuro.

Rapidez o capacidad, el almacenamiento lo eliges tú

Son muchos los que piensan que el HDD (Hard Disk Drive) ya es un sistema de almacenamiento obsoleto y por lo tanto no contemplan su uso en un portátil profesional.

Si bien es cierto que las unidades SSD ofrecen un rendimiento muy superior, los discos duros merecen ser tenidos en cuenta bajo algunos supuestos en el ámbito profesional.

portatil

Depositphotos

Tanto es así que algunos portátiles orientados al ámbito profesional ofrecen configuraciones en las que se combinan unidades SSD para el sistema operativo y las aplicaciones, y un HDD secundario para datos y archivos de gran tamaño.

Este tipo de configuración resulta especialmente interesante para los profesionales de la edición de vídeo y fotografía. En su trabajo diario tienen que procesar archivos o lotes de archivos de gran tamaño, de manera que disponer de una gran capacidad de almacenamiento es más importante que la velocidad de procesamiento de datos, que recaería sobre la unidad SSD principal.

La bajada en el precio de los SSD y el constante aumento de sus capacidades ha hecho posible su llegada a portátiles con un precio asequible. Por lo que, si no necesitas procesar archivos de gran tamaño, el SSD será el aliado perfecto para tu ordenador de trabajo ya que no solo hará que el equipo funcione más rápido, sino que un SSD consumirá menos batería y tolerará mejor los pequeños impactos que un HDD.

Dentro de la categoría de SSD que montan los portátiles empresariales puedes encontrar varios formatos que determinan su precio, rendimiento y peso.

Si el fabricante solo indica que incluye un SSD, es muy posible que se trate de una unidad con formato de 2,5”.

SSD M.2

Sin embargo, la marca también puede indicar que incluye un SSD con formato M.2. En ese caso existen dos opciones posibles: que sea M.2 SATA 3, que ofrece la misma tasa de transferencia de lectura y escritura que puede tener un SSD convencional de 2,5”(en torno a los 500 MB/s más o menos); o un SSD M.2 PCIe 3.0 NMVe que ofrece el triple del rendimiento que un SSD SATA (entre 1.500 y 2.500 MB/s).

Tras este pequeño detalle puede ocultarse una diferencia de precio entre dos portátiles aparentemente iguales, pero cuyo sobreprecio está justificado por ese incremento en el rendimiento, algo a tener en cuenta para elegir el portátil correcto.

¿Trabajas fuera de la oficina? La batería importa

Si habitualmente no trabajas sentado en el escritorio de tu oficina o si en tu puesto no tienes un enchufe cerca, la batería es uno de los componentes en los que te tienes que fijar, ya que necesitarás poder funcionar durante toda la jornada sin tener que enchufar el ordenador a la corriente.

Comprar un portátil para trabajar

Los Ultrabooks y convertibles utilizan procesadores y componentes de bajo consumo, por lo que pueden mantenerse funcionando hasta más allá de las 10 horas. Estos equipos han sido diseñados específicamente como portátil profesional para viajar o para estar en constante movilidad, por lo que son ordenadores que están muy optimizados para ahorrar energía.

Los equipos más potentes no pueden limitar el consumo energético ya que deben ofrecer mayor rendimiento, por lo que su autonomía no acostumbra a superar las 5 horas de uso.

Teclado y touchpad, los grandes olvidados

A pesar de tratarse de los componentes que más utilizamos a lo largo del día, el teclado y el panel táctil o touchpad son los grandes olvidados a la hora de comprar un ordenador para trabajar.

Piensa en la tortura que puede suponer tener que pasarte horas y horas usando un teclado con un recorrido de tecla demasiado duro, con las teclas demasiado juntas o con una distribución que no te resulta cómoda.

Nuestra recomendación es que, si es posible, pruebes el teclado antes de comprar el portátil. Abre un bloc de notas y simplemente escribe un texto inventado a tu velocidad de tecleo habitual para comprobar si te resulta cómodo de usar, si la pulsación de las teclas es la adecuada y tienen el tamaño correcto, etc.

Lo mismo sucede con el touchpad. Comprueba que su tacto y funcionamiento se ajusta a tus gustos, si tiene el tamaño adecuado, etc.

Conexiones, más vale que sobren que no que falten

Con el desarrollo de las conexiones inalámbricas y los tratamientos de adelgazamiento de que están sufriendo todos los portátiles en general, las conexiones y puertos se están convirtiendo en una especie en extinción.

El mínimo exigible para cualquier portátil profesional son un puerto USB 3.0, un conector HDMI y conexión Wi-Fi y Bluetooth para conectar accesorios de forma inalámbrica y transferir datos más cómodamente.

Algunos Ultrabooks, cuyos perfiles extremadamente delgados no permiten la integración de varios puertos, optan por agrupar las salidas de vídeo, audio y datos en un puerto USB tipo C. Esto te obligará a llevar adaptadores para conectarlos a pantallas o proyectores externos que no cuenten con salidas directas a USB Tipo C, a teclados, ratones o simplemente para conectar una llave USB para transferir datos.

Si eres fotógrafo, tal vez te interesaría que incorporara un lector de tarjetas de memoria. De ese modo evitas tener que depender de un lector de tarjetas de memoria externo para copiar y editar tus fotos.

Con toda esta información sobre qué componentes debes fijarte al comprar un portátil para trabajar ya tienes en tu mano todo lo que necesitas para elegir el que será tu compañero de trabajo durante muchas horas, proporcionándote la mejor experiencia de uso y todo el rendimiento que esperas de un portátil profesional.

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