Europa necesita litio y ha encontrado el lugar perfecto donde conseguirlo: las minas de Chile que nadie quería explotar
lyzanorENRIQUE PÉREZ
@Lyzanor
El litio se ha convertido en la materia prima más codiciada del mundo. Es un mineral necesario para las baterías de los coches eléctricos y todas las grandes potencias necesitan acceder a él si quieren seguir siendo competitivos. Europa es consciente de ello y han decidido firmar un gran acuerdo para intentar asegurarse lo que desde la propia Unión Europea describen como una «materia prima crítica».
Hechos el uno para el otro. Chile y la Unión Europea encajan como anillo al dedo. Europa tiene la necesidad y el dinero, Chile tiene la segunda mayor reserva del mundo de litio y justo estaban buscando un gran comprador.
Esta semana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de Chile, Gabriel Boric, han firmado un acuerdo para cooperar en el campo de las materias primas. Es la constatación de que Chile puede hacerse de oro con sus enormes reservas de litio y cobre. Y que Europa no quiere dejar escapar ninguna oportunidad.
Qué se ha firmado. Europa consigue litio y cobre; Chile consigue «impulsar su industria». Una forma más elaborada de explicar que la Unión Europea quiere tener una posición privilegiada a la hora de acceder a estas materias primas y está dispuesta a pagar por ello.
Si nos vamos al acuerdo, se centra en cinco áreas: integración de cadenas de valor de materias primas sostenibles, cooperación en investigación, alinearse en estándares internacionales ambientales, inversión en empleo e infraestructuras y fortalecimiento de la educación.
Chile ya tiene con quien explotar sus grandes reservas. Chile se encuentra en el llamado Triángulo del Litio, junto a Argentina y Bolivia. Únicamente Australia supera su extracción a nivel mundial. Sin embargo, la rentabilización de estas minas de Litio en Chile está en entredicho. Chile buscaba revertir esta situación y con la Unión Europea ha encontrado finalmente el inversor de primer nivel para lograr sacar provecho de sus recursos naturales.
Nadie quiere quedarse sin litio. En 2022, el litio se disparó un 900%. Ya se conoce a este material como el «petróleo blanco» y con el auge del coche eléctrico todavía va a más. En un periodo relativamente corto de tiempo, el litio ha pasado de ser un material muy poco explotado (unas 9.000 toneladas anuales en 1995) a ser muy buscado (más de 100.000 toneladas en 2022).
Todos los fabricantes de automoción se juegan su futuro en estas minas de litio. El movimiento de Europa es precisamente para echar una mano a una de sus industrias más importantes.
Otro golpe a China. Europa tiene acuerdos con varios grandes productores de materias primas, desde Canadá y Ucrania (2021), hasta Kazajistán y Namibia (2022) y Argentina (2023). Pero estos acuerdos no evitan que al final el litio provenga de grandes productores internacionales. En la guerra del litio, China va un paso por delante.
Lamentablemente para China, estas nuevas minas de litio en países como Chile, junto a otros motivos como un freno en algunos mercados del coche eléctrico, están provocando que la fiebre del precio del litio se modere. A medida que el material crece en importancia el mercado también se está estabilizando.
Lo que nadie tiene claro es hasta qué punto habrá suficiente litio para abastecer toda la demanda. Por un lado tenemos un mercado tan cambiante como el del coche eléctrico y por otro un material, el litio, cuya producción es relativamente reciente. Desde Europa han tomado posición.
Imagen | Francesco Mocellin.