‘Juanita’, la momia mejor conservada de las Américas.

‘Juanita’, la momia mejor conservada de las Américas

Pertenece a la cultura Inca, se cree que fue parte de una ceremonia de capac cocha, y es posible que muriera en el reinado del Sapa Inca Pachacútec.

Foto: https://diariocorreo.pe/edicion/arequipa/en-unos-meses-se-conocera-el-rostro-de-la-momia-juanita-fotos-842747/?foto=1

Por Andrés Dávila. Diario Expreso

El 8 de septiembre se cumplen 28 años del hallazgo de la Momia Juanita, también llamada la ‘Dama de Ampato’, la cual sigue sorprendiendo al mundo por su gran estado de conservación.

La Momia Juanita es una momia humana que pertenece a la cultura Inca. Se cree que fue parte de una ceremonia de capac cocha, una ofrenda humana frecuente en el Imperio Inca, y que posiblemente murió durante el reinado del Sapa Inca Pachacútec

La momia, conocida como ‘Juanita’ o la ‘Doncella de Hielo Inca’, era una niña inca que se cree fue sacrificada en un ritual hace más de 500 años. Johan Reinhard, el arqueólogo estadounidense que encontró a la momia por primera vez en 1995, dijo que la escultura “la hace aún más viva”.

Se trata de la momia mejor conservada de las Américas, cuyos restos fueron hallados en 1995 cerca del cráter del volcán Ampato, al sur de Perú, junto con algunos objetos que indican cómo pudo alcanzar su fatal destino.

Se cree que la niña tenía entre 13 y 15 años cuando murió. Científicos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore concluyeron, tras un examen, que fue sacrificada en la cima del volcán como ofrenda a los dioses.

De acuerdo con los estudios antropológicos, Juanita fue sacrificada entre 1440 y 1450 después de Cristo, cuando tenía entre 13 y 15 años. Medía 1,40 metro de estatura, pesaba 35 kilos y estaba bien nutrida.

La Momia Juanita se encuentra en el Museo Santuarios Andinos de la ciudad de Arequipa, especialmente creado para mostrar los artefactos asociados con el descubrimiento de momias en la región del mismo nombre.

Rituales como ofrendas

Los incas realizaban la llamada ‘apacocha’, en la cual sacrificaban a niños en los nevados más altos del imperio. ¿La razón? Deseaban evitar las catástrofes naturales así como honrar la muerte de un gobernante inca. Hoy, existen decenas de momias como prueba de estas prácticas.

La muerte, relatan, les llegaba de una manera dulce: “No sentían nada porque les narcotizaban con coca o chicha, probablemente, y cuando estaban totalmente dormidos les dejaban expuestos a temperaturas de unos -20ºC y morían congelados”, señala Carmen Martín, Investigadora del hallazgo.

El análisis de la momia conocida como “la Doncella” reveló que consumió alcohol durante meses antes de morir. La combinación de alcohol, hojas de coca y el frío de los Andes envolvió la muerte de tres niños incas.

Actualmente se encuentran en exhibición en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta. En marzo de 1999 fueron encontrados los cuerpos de un niño de siete años (‘El niño’), una niña de seis ‘La niña del rayo’) y una adolescente de quince años (‘La doncella’).

¿Qué cualidades tuvo Juanita para ser seleccionada para el sacrificio?

No había sufrido de ninguna enfermedad. Se la encontró sosteniendo su cordón umbilical, que probablemente se había guardado específicamente para su sacrificio. Este hallazgo explica que probablemente fue seleccionada para ser sacrificada antes de su nacimiento. Tenía una dentadura perfecta y huesos fuertes.

Los arqueólogos llegaron a la conclusión que una variedad de enfermedades azotaron  los imperios incaicos y aztecas, según ellos.

La viruela, junto con la gripe y el sarampión fueron los factores de mayor importancia que produjeron el colapso de dos imperios americanos: el Inca y el Azteca; porque el terror deletéreo provocado por la aparición súbita de estas mortales enfermedades poco antes, durante e inmediatamente después de la invasión Colonial.

Capac Cocha

La capac cocha, capac hucha o qhapaq hucha (que podría traducirse como ‘obligación real’) era uno de los rituales más importantes del calendario Inca. Se realizaba entre abril y julio desde, al menos, el siglo XIII y hasta comienzos del siglo XVI, en honor al dios Viracocha, en quechua Qun Tiksi Wiraqucha.

La ceremonia incluía fiestas y ofrendas de reconocimiento y de gratitud con sacrificios humanos.  Desde las cuatro direcciones del Tawantisuyu los poblados enviaban uno o más niños al Cusco, para, luego de las ceremonias allí oficiadas, regresar y ser ofrendados a huacas locales, cuyos adoratorios se localizaban en las montañas, llamadas ‘Apu’, en toda la extensión del Imperio inca.

MOMIA JUANITA

Existen dos versiones verosímiles sobre el origen y significado de este término, según la primera de ellas, se originaría en la acepción del término capac, cápac o qhapaq con el significado de “soberano”, o “señor” y el de hucha como “culpa”, “pecado”, “negocio”, o “pleito”. Estos significados son los que figuran en los diccionarios quechuas del siglo XVI y XVII de Fray Domingo de Santo Tomás y Diego González Holguín. Según este enfoque, capac cocha significaría “culpa del soberano”, o del Inca, u “obligación al rey”.

Entonces, en esta interpretación, la capac cocha tendría relación con enviar mensajeros o enviados a los dioses. Estos mensajeros eran portadores de ofrendas y al mismo tiempo ellos mismos eran las ofrendas y, teniendo la función de mensajeros, debían presentar a los dioses las peticiones del pueblo.

La visión de los incas

Las crónicas relacionan el hurin pacha con seres y objetos de pequeñas dimensiones. Por ejemplo, Pedro Pizarro escribió que durante el delirio de Huayna Cápac “le entraron tres indios nunca vistos, muy pequeños, como enanos, adonde él estaba y le dijeron “inga, venimosle a llamar…”. La visión relaciona el tamaño de los comunicadores con el inframundo y con la noticia de su muerte.

Las ofrendas de niños y jóvenes relacionadas con la capac cocha eran acompañadas por réplicas en pequeña escala del mundo real con formas antropomorfas, así como llamas y objetos de uso cotidiano. Estas no son solamente estatuillas, todos los detalles son miniaturas, incluyendo los textiles en sí mismos, tocados de plumas, etc. En muchos casos los tocados y vestimentas reproducen los mismos que vestían los niños.

Las definiciones halladas en el diccionario de Jesús Lara llevan a pensar en la posibilidad de interpretar el “mundo de adentro” como recorrido por caminos o tránsitos por los cuales el difunto vagaba en su peregrinación.

Se piensa que, para su viaje, los niños debían transformarse simbólicamente en las figurillas que los acompañaban, y que las ofrendas se relacionan con este viaje, por ello llevaban comida, bebida, sandalias adicionales y mantas.

Los pueblos bajo dominio inca veneraban a las huacas, o wakas, nombre con el que se designaba a todas las sacralidades fundamentales, ídolos, templos, tumbas, momias, lugares sagrados, animales, aquellos astros de los que los ayllus, o clanes creían descender, los propios antepasados y las wakas principales, el Sol y la Luna. Los incas creían que el Inca Túpac Yupanqui podía hablar con las wakas, y por medio de estas conocía los hechos pasados y futuros, incluso la llegada de los españoles a América.

Luego de someter a un pueblo a su dominio, el Inca delimitaba las tierras que se iban a dedicar al cultivo y los lugares sagrados. Algunas de estas apachita, o adoratorios serían los indicados para los sacrificios de capac cocha. Muchas apachita se encuentran en uso hasta hoy en diversas partes de los Andes.

El descubrimiento de Juanita

Durante una expedición al volcán inactivo   Ampato en 1995, ubicado en la región peruana de Arequipa, el arqueólogo de montaña Johan Reinhard  y el andinista Miguel Zárate divisaron a lo lejos algo que relucía en el interior del cráter del volcán y bajaron a la hondonada encontrando un bulto. Lo levantaron con cuidado y con asombro vieron que se trataba del cuerpo de una joven, excelentemente conservada. Además, en los alrededores encontraron varias ofrendas, incluidas algunas illas, estatuillas de oro y de spondyllus, y varios tipos de plantas.

El cadáver causó una gran sensación en el mundo científico, por lo bien conservado que estaba. Entre mayo y junio de 1996 fue exhibido en la sede del National Geographic Society, en Washington, en una urna especialmente climatizada, y después fue donado a la Universidad Católica de Santa María de Arequipa.

En el mes de junio de 1996, la revista National Geographic lanzó un suplemento especial, dedicado a este descubrimiento. Konrad Spindler manifestó: “Es el ser humano mejor conservado de las Américas” y agrega: “Es la primera mujer hallada en los Andes más cerca al Cusco. Pudo ser cusqueña, pudo llegar viva al nevado y pudo ser sacrificada en pareja”.

El cadáver de esta jovencita fue sometido a una autopsia virtual en los laboratorios de la Johns Hopkins Hospital de Baltimore, (Maryland, Estados Unidos). Se le hicieron tomografías y se la sometió a rayos X tridimensionales. Los científicos llegaron a las siguientes conclusiones: Juanita murió a los 13 o 14 años de edad, entre 1440 y 1450 d. C. aproximadamente. Tenía una estatura de 1,58 metros, había sido esbelta y bella, no había sufrido de ninguna enfermedad.

Se la encontró sosteniendo su cordón umbilical, que probablemente se había guardado específicamente para su sacrificio. Este hallazgo explica que probablemente fue seleccionada para ser sacrificada antes de su nacimiento. Tenía una dentadura perfecta y huesos fuertes. Aproximadamente un año antes de su muerte, Juanita cambió de una dieta inca estándar de papas y vegetales a los alimentos más elitistas de proteína animal y maíz, junto con grandes cantidades de coca y alcohol. Había ayunado un día antes del sacrificio. Tenía una fisura de 5 cm en el cráneo y una hemorragia interna que terminó con su corta existencia. Habría muerto de un certero golpe en la cabeza, producido probablemente con una macana, cuando estaba arrodillada.

Reconstrucción del rostro en 3D

Desde hace 5 años se propusieron reconstruir, usando la tecnología, y conocer cómo era la momia Juanita, la doncella de Ampato, cuando estaba viva. Una niña de 13 a 14 años y que gracias a un trabajo paciente usando técnicas de ADN, tomografías, resonancias magnéticas, investigación bibliografías se pudo lograr este facsímil, representación de cómo era Juanita antes del sacrificio en el ritual de Capacocha, afirmó Antonio Briceño, rector de la Universidad Católica de Santa María. Científicos de las universidades de Varsovia, Polonia, y Católica de Santa María de Arequipa reconstruyeron el rostro de la momia Juanita en 3D. Doncella inca encontrada en las montañas de Ampato. El resultado fue una escultura hiperrealista con los rasgos de la niña que fue sacrificada como ofrenda al dios Sol. Según los estudios, ella fue entregada en un ritual promovido por el Inca ya sea como agradecimiento, solicitud o a raíz de alguna catástrofe natural.

Análisis de la ciencia

Mientras Reinhard y Zárate luchaban en la cumbre de Ampato para levantar el pesado haz que contenía el cuerpo de Juanita, se dieron cuenta de que su masa corporal probablemente había aumentado por la congelación de la carne. Cuando se pesaba inicialmente en Arequipa, el paquete que contenía “Juanita” pesaba más de 90 libras (40,82 kilos). Su comprensión resultó ser correcta; Juanita está casi completamente congelada, lo que la convierte en un importante hallazgo científico. Como algunas otras momias incas a gran altitud, Juanita fue encontrada congelada y por lo tanto sus restos y prendas no fueron desecados como las de las momias encontradas en otras partes del mundo. Fue conservada por las condiciones de congelación en la cima de la montaña, en lugar de ser momificada artificialmente, como es el caso de las momias egipcias. Su piel, órganos, tejidos, sangre, cabello, contenido estomacal y prendas de vestir están extremadamente bien conservados, ofreciendo a los científicos una visión de la cultura inca durante el reinado de Pachacútec (reinado 1438-1471/1472).

El análisis del contenido de su estómago reveló que comió una comida de vegetales de seis a ocho horas antes de su muerte. Algunas pruebas sugieren que puede haber venido de una familia noble del Cusco. El análisis isotópico estable de otros sacrificios de niños en la zona ha encontrado cambios en la dieta en el último año de vida para indicar si se originaron de familias comunes.

Esto suele indicarse por la cantidad de proteína de carne y maíz consumida. Las familias nobles consumirían carne y maíz regularmente, mientras que esto puede no ser el caso de una familia no noble. Dado que no existe un análisis específico de Juanita, no es concluyente si procede o no de una familia noble. Sin embargo, el análisis de sacrificios similares de niños en la región y alrededores indica que a los seis meses antes de su muerte estaban en Cusco, probablemente para una ceremonia antes de hacer su viaje a las montañas.

MOMIA JUANITA

Los científicos del Institute for Genomic Research (TIGR), de Maryland en pruebas de laboratorio, lograron recuperar células de los tejidos del corazón de la jovencita. Estas pruebas sirvieron para: Identificar su ADN. Comparar el ADN de ‘Juanita’ con el ADN del programa Genoma Humano.

Esos estudios preliminares demostraron que “Juanita” tenía parentesco lejano con la tribu Ngöbe de Panamá y con antiguas razas taiwanesas y coreanas. Ahora, con un mayor banco de datos, se han confirmado que Juanita es de los Andes. El ADN mitocondrial revela su pertenencia al haplogrupo A (ADN mt).

El radiólogo Elliot K. Fishman concluyó que murió por un traumatismo contundente en la cabeza. Observó que la cuenca del ojo derecho agrietada y la fractura de dos pulgadas en su cráneo son lesiones “típicas de alguien que ha sido golpeado por un bate de béisbol”. El golpe causó una hemorragia masiva, llenando su cráneo de sangre y empujando su cerebro a un lado.

A la fecha, el cuerpo de Juanita se encuentra en el Museo Santuario de Altura del Sur Andino de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa, Perú. Se encuentra en un congelador especial, protegida del medio ambiente por una cámara de vidrio cerrada al vacío. La urna está asegurada con perfiles de acero y tiene en su interior dos capas de plexiglás. El interior de esta urna se encuentra a una temperatura de -19 °C para evitar la descomposición del cadáver, con luz bastante débil para evitar la propagación de virus.

En el mismo museo están ‘Urpicha’ (‘palomita’, hallada en el volcán Pichu Pichu de Arequipa), ‘Sarita’ (encontrada en el volcán Sara, en Ayacucho) y otras cinco mujeres halladas en el volcán Misti en agosto de 1998. Estos hallazgos confirman que en el imperio inca también se practicaron sacrificios humanos, contrario a la opinión anterior de que hubieran sido propios solo de Mesoamérica.

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