La guerra de los drones

Por: Miguel Ángel Rodríguez Mackay (*)

Diario expreso 22 Dic 2024.

La guerra entre Rusia y Ucrania, que el 24 de febrero de 2025, cumplirá su tercer año, tiempo realmente impensado por muchos, incluyéndome, cada día que pasa, se afirma como una guerra de drones. Los drones son vehículos no tripulados –los más modernos tienen forma de aviones de combate–, con capacidad de mantener una autonomía de vuelo impresionante y siempre con un objetivo concreto.

La efectividad de un dron es prácticamente total, es decir, mirando cifras y casos, nadie se salva de que pueda ser impactado y seguramente eliminado, como pasó, cuando fuera un objetivo militar y en un santiamén, que es lo más común, como pasó al poderoso general iraní Qasem Soleimani, hombre fuerte del ayatola Alí Jamenei, pulverizado en el aeropuerto de Bagdad (Irak), en 2020, ocasionando la promesa persa de la venganza contra Estados Unidos de América, o las eliminaciones sistemáticas llevadas adelante por Israel contra los líderes de Hamás y de Hezbolá, en los últimos meses, descabezándolos, en el marco de la guerra en Medio Oriente, desatada el 7 de octubre de 2023.

Fueron usados y mucho durante la guerra de Siria que terminó siendo una suerte de laboratorio para probarlos. En la guerra entre Rusia y Ucrania lo peligroso es que, siendo ahora prácticamente pan de cada día, para las partes en combarte es en lo absoluto irrelevante que los objetivos sean lugares con presencia o no de civiles, tirando al suelo el derecho internacional humanitario que regula los actos de la guerra, minimizándolos, a fin de proteger a los civiles, que, hallándose en medio del conflicto, deben ser protegidos in extremis, pues no somos combatientes.

Lo peligroso de la guerra en Europa del Este es que, el uso de drones, altamente letales y eficaces, que inicialmente fueron lanzados por Rusia y Ucrania, dentro del territorio ucraniano, en los últimos meses ya han cruzado las fronteras, observándose objetivos en la propia ciudad de Moscú, capital de Rusia. Los ataques con drones de las últimas horas, cuya tendencia es hacia su riesgosa normalización, podrían comenzar a advertir un mayor uso de estas armas en medio de los conflictos, reconfigurando a las estrategias de la guerra contemporánea.

Una cuestión final y concomitante, es que, aun cuando resulta peligroso que persista la modalidad de ataques por medio de drones, la próxima asunción al poder de Donald Trump, podría darle un giro esperanzador a la guerra, tal como ha anunciado el propio presidente electo estadounidense, es decir, que la acabaría en un santiamén, y que, al marco bélico por los ataques que venimos observando en las últimas horas entre Moscú y Kiev, sin querer queriendo, podría seguirle otro de contraste, determinado por la paz. Esto último podría parecer absurdo, pero no lo es para el realismo político de las guerras lo que explica que no es casual que, acabados los conflictos, se superponga de manera dominante la paz como ha sucedido a lo largo de la historia. Veremos.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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