Las bacterias viajan miles de kilómetros sobre el océano.

Créditos de las imagenes: Technion Press Room.

La Dr. Naama Lang-Yona nos cuenta sobre sus estudios respecto al transporte de microorganismos en la atmósfera y sus efectos en la naturaleza y los humanos.

Todos somos conscientes de las bacterias de nuestro cuerpo, de cómo existen vínculos entre las enfermedades, las bacterias y los virus, y de cómo se propagan las pandemias.

Esos pequeños organismos, que se encuentran en todas partes de la superficie de la Tierra, también son importantes para influir en diversos procesos, incluida la salud del suelo, la descomposición de contaminantes, el crecimiento agrícola y el secuestro de carbono.

La Dra. Naama Lang-Yona, aborda un aspecto menos conocido relacionado con esos microorganismos: sus mecanismos de distribución, supervivencia y actividad en la atmósfera.

La investigación de Lang-Yona se centra, entre otras cosas, en la influencia mutua (biointercambios) de los océanos y la atmósfera en el transporte de bacterias a través de los océanos.

Las bacterias constituyen alrededor del 70% de la biomasa marina y desempeñan un papel muy importante en los procesos biogeoquímicos.

Aunque impactan los ciclos del carbono, nitrógeno y azufre, se sabe poco sobre su distribución y papel en el medio ambiente.

En un artículo publicado este año, la Dra. Lang-Yona y sus colegas, describen bacterias activas que se encuentran sobre los océanos.

La bacteria, Roseovarius nubinhibens, es capaz de matar algas.

La investigación encontró que esta bacteria se libera a la atmósfera con el aerosol que se eleva desde las aguas del océano durante la floración del alga Emiliania huxleyi.

Mientras estaba en el aire, logró sobrevivir, conservando su capacidad de infectar algas.

Estas capacidades permiten que estas bacterias patógenas amplíen su rango de infección y afecten la proliferación de algas que se extienden por miles de kilómetros cuadrados en el océano.

Lang-Yona ha publicado artículos centrados en el mapeo genómico de poblaciones microbianas transportadas por el aire (también denominadas bioaerosoles) que atraviesan miles de kilómetros sobre los océanos, la diseminación de genes resistentes a los antibióticos a través del aire, el impacto del cambio climático y la contaminación del aire en alérgenos respiratorios (conocidos como aeroalérgenos), el transporte aéreo de endotoxinas, la caracterización de diferentes microorganismos en el medio ambiente, como las cianobacterias alergénicas, y la propagación de patógenos vegetales transmitidos por el aire, y más.

Actualmente, la Dra. Lang-Yona y su equipo están realizando investigaciones sobre la distribución de bacterias a través de tormentas de polvo que llegan a Israel desde el Sahara y los desiertos de Arabia.

Sus objetivos son dilucidar los mecanismos de supervivencia y los rasgos distintivos de estas bacterias.

Además, examinan la idea de que, junto con las bacterias transportadas y dispersas en el aire, la resistencia a los antibióticos también puede dispersarse y propagarse a través de los continentes.

Estos estudios tienen implicaciones dramáticas para comprender la transmisión de enfermedades y pandemias, así como para diseñar estrategias para impedir su difusión.

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