Nadie quiere abandonar el barco de Windows 10: ¿Por qué Windows 11 genera tanto rechazo?

Microsoft se encuentra desde hace tiempo en un grave problema con Windows 11 y la reticencia a eliminar Windows 10 de sus vidas. ¿Qué se esconde detrás? La resistencia al cambio en este sector no es algo nuevo, pero en este caso alcanza niveles épicos.

Windows 11

Computer Hoy

Por: Carolina González Valenzuela

El gigante del sector tecnológico fundado por Bill Gates está viviendo un momento un tanto extraño con un Windows 11 que no termina de arrancar y unos usuarios, unos cuantos millones, que siguen prefiriendo su viejo Windows 10 como si fuera un peluche de cuando eran niños.

Pese a que los nuevos datos de Statcounter sobre la cuota de mercado de los sistemas operativos Windows en ordenadores reflejan subida bastante interesante de Windows 11, Windows 10 sigue siendo el sistema operativo más popular, contando en enero de 2025 con una cuota de 60,33 %.

Windows 11 se está acercando más rápido que nunca, escalando  hasta el 36,65 % de cuota, mejorando 2,53 puntos respecto al anterior mes, y suponiendo un crecimiento interanual de casi 9 puntos. La realidad es que no ha conseguido seducir a los usuarios con características revolucionarias.

Las razones son muy diferentes y algunos comentan los míticos problemas de compatibilidad, pero otros directamente no encuentran motivos para cambiar algo que funciona. Es el típico «si no está roto, no lo arregles» llevado al mundo tecnológico. Además, las mejoras son pequeñas, casi imperceptibles, por lo que resulta casi absurdo.

Ha apostado fuerte por Windows 11 y por la integración de IA, pero a los usuarios no les interesa

Comentar que, por supuesto, la resistencia al cambio en este sector no es algo nuevo, pero en este caso alcanza niveles casi épicos. Microsoft ha intentado empujar la actualización con diferentes estrategias, pero los usuarios permanecen muy cómodos donde están.

El nuevo diseño de la interfaz ha generado más críticas que aplausos. La barra de tareas centrada, los nuevos menús y la estética diferente han sido recibidos con un mix de confusión y rechazo. Para muchos, es como cambiar los muebles de casa sin ninguna razón.

Los problemas técnicos tampoco ayudan e informes de incompatibilidades, rendimiento irregular y la sensación de que el nuevo sistema es más intrusivo han «ayudado» a mantener a los usuarios alejados.

La fecha límite de soporte de Windows 10 en octubre de 2025 será probablemente —e inevitablemente—el empujón definitivo. Muchas empresas y usuarios se verán obligados a migrar, no por convicción, sino por necesidad.

Windows 10 todavía no ha muerto y Microsoft sigue lanzando actualizaciones

Pese a esta lucha por el cambio, lo cierto es que parece que la propia Microsoft no sabe ni qué hacer. Ha decidido recuperar algunas funciones clave de Windows 10 que habían sido eliminadas o modificadas en versiones anteriores, por lo que, al final, parece que la señal que está dando es que la empresa de Redmond podría estar reconsiderando su estrategia de abandono del sistema operativo.

Viendo todo este panorama, es imposible no ver similitudes con lo ocurrido con Windows 7, otro sistema operativo que gozó de gran fama y cuyo fin de soporte también dio mucho de qué hablar. Años después de su supuesto «fin», Windows 7 seguía siendo utilizado en millones de dispositivos en todo el mundo, lo que obligó a la compañía a extender el soporte de seguridad para algunos clientes.

Por el momento, la decisión de seguir mejorando Windows 10 parece tener varias razones. Por un lado, muchos PC no cumplen con los requisitos de hardware para Windows 11, lo que deja a sus usuarios sin más opción que quedarse en la versión anterior.

Por otro lado, la oposición de muchos usuarios a cambiar un sistema que funciona bien por uno nuevo y desconocido ha sido toda una sorpresa para un Microsoft que parece que prefiere no luchar más contra marea y dejar que el tiempo pase y el fin de soporte se acerque de forma natural.

Mientras tanto, los rumores sobre Windows 12 siguen circulando, con algunos expertos sugiriendo que Microsoft podría estar planeando un lanzamiento para 2026. Quizá aquí se esconde la respuesta ante la relajación de la compañía a forzar la migración a Windows 11.

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