China está ganando la guerra comercial con un ejército en la sombra: millones de robots industriales. Su secreto no son los chips ni la IA, sino máquinas que trabajan día y noche.
China robótica
Getty Images
Por: Carolina González Valenzuela
Mientras EE. UU. o incluso Europa debate sobre inteligencia artificial y chips de última generación, China, aparte de participar en esta batalla también, ha puesto en marcha su verdadero as bajo la manga: robots industriales masivos equipados con IA.
En fábricas de coches, talleres metalúrgicos y plantas de electrónica, estos robots están provocando un giro de 180 grados la producción.
El resultado con costes más bajos, calidad y precisión de cirujano y una ventaja imposible de arrebatar frente a los aranceles de Trump o las restricciones de la Unión Europea.
Yendo a los datos, China tiene más robots por cada 10.000 trabajadores que EE. UU., Alemania o Japón, solo superada por Corea del Sur y Singapur. Pero cuidado, porque aquí no se está hablando de máquinas simples. Estos robots aprenden, se adaptan y trabajan 24/7.
Fábricas inmensas y robots que cantan Kenny G
En la planta de Zeekr, un fabricante chino de coches eléctricos, la locura por la robótica se ha apoderado de cada rincón. Lo que hace cuatro años eran 500 robots, hoy son 820 y ya cuentan hasta con carros automatizados que tararean canciones de Kenny G mientras transportan lingotes de aluminio hacia hornos gigantes.
Por otro lado, también cuentan con brazos robóticos que se encargan de soldar carrocerías en una fábrica oscura donde las luces permanecen apagadas, ya que no hay humanos que necesiten ver.
El gobierno chino parece que lo tiene todo muy bien atado y en 2025 desplegará más de un millón de robots con IA, muchos de ellos humanoides capaces de llevar a cabo todo tipo de tareas complicadas para el humano.
El objetivo es claro: dominar el 33% del mercado global de robótica y convertirse en el ‘Silicon Valley de las máquinas’
Tal y como cuenta The New York Times, Carrie Li, diseñadora de Zeekr, usa IA para crear interiores de coches analizando millones de combinaciones de materiales en segundos. Mientras, en Pekín, 20 robots humanoides participaron en una media maratón. Solo seis terminaron, pero China ha dejado muy claro que las capacidades de sus robots son asombrosas.
Y esto es una carrera que no tiene fin y el propio país asiático no quiere que otro acabe adelantándole. Por este motivo, el gobierno obliga a empresas como BYD o Huawei a probar humanoides en sus líneas de producción. El plan quinquenal de robótica ya moviliza 138.000 millones de dólares en fondos, con universidades formando 350.000 ingenieros mecánicos al año.
El precio humano de la revolución robótica china
Como ya te puedes imaginar, esta situación preocupa un poco. En pocas palabras, la pérdida de empleo se hace cada vez más real y millones de trabajadores chinos están entre la espada y la pared: adaptarse o quedarse atrás.
La crisis demográfica tampoco es que ayude en exceso con una natalidad en picado y que ha bajado un 60% desde 1987, con jóvenes que prefieren la universidad al taller.
Desde luego, la situación parece bastante compleja, pero queda claro que China no va a dar ni un paso atrás y tal y como hace casi con la IA o los chips, el campo de la robótica es suyo y nadie va a quitarles el puesto que se han labrado durante años mientras el resto discute sobre temas vanales.