¿Robots con tacto? Un ingeniero latinoamericano desarrolla una innovadora ‘piel’.

El objetivo es que las máquinas tengan mayor destreza y puedan percibir el entorno de una manera más parecida a como lo hacen los humanos.

¿Robots con tacto? Un ingeniero latinoamericano desarrolla una innovadora ‘piel’

Imagen difundida por la Universidad de O’Higgins.

Universidad de O’Higgins

Los grandes avances de la inteligencia artificial están empujando a la investigación también sobre los cuerpos robóticos, todavía lejos de la precisión de la manipulación humana. Aunque eso puede estar cerca de cambiar.

La prestigiosa Agencia de Investigación e Invención Avanzada del Reino Unido (ARIA, por sus siglas en inglés) está financiando con 1.200 millones de pesos chilenos (1,2 millones de dólares) una ambiciosa investigación liderada por el doctor Lorenzo Jamone, del Departamento de Computación del University College London, en el que participa un equipo de investigadores internacionales del Reino Unido, Portugal y Chile.

El país latinoamericano está representado por el académico del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O’Higgins, Stefan Escaida, en el estudio que tiene como objetivo crear una novedosa piel electrónica elástica utilizando tecnología magnética para que los robots puedan realizar contactos tridimensionales en múltiples puntos.

«A diferencia de las pieles robóticas actuales, que tienen significativas limitaciones en cuanto a su aplicabilidad, MagTecSkin es flexible y adaptable, capaz de cubrir superficies de componentes complejos y articulados como dedos robóticos o estructuras blandas», cuenta Escaida sobre su proyecto ‘MagTecSkin: Novel Tactile Sensitive Electronic Skin based on Magnetic Technology’ (MagTecSkin: Nueva piel electrónica sensible al tacto basada en tecnología magnética).

Así, se espera que con este nuevo avance los robots puedan percibir su entorno de una manera similar a como lo hacen los humanos. «Esta innovadora tecnología permitirá medir fuerzas de contacto tridimensionales en múltiples puntos simultáneamente mientras se dobla y estira como la piel humana», señala el investigador.

Este nuevo desarrollo tecnológico podría tener innumerables aplicaciones en la industria, capacitando a las máquinas para realizar tareas con mucha mejor destreza en sectores como la fabricación, la logística, la agroalimentación o la atención sanitaria.

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