Un robot se derrite y consigue escapar de una jaula y recobra su forma. Video.

Captura de vídeo con el robot derretido

Parece ciencia ficción, pero no lo es. Un equipo internacional de ingenieros ha logrado crear un minúsculo robot capaz de derretirse, colarse entre las rendijas de una jaula y volver a ensamblarse como antes. Su historia, publicada este mismo miércoles en la revista científica científica Matter, ilustra cómo los avances en robótica y en ciencia de materiales podrían, algún día, engendrar un escuadrón de robots en miniatura capaces de navegar por el cuerpo humano para administrar medicamentos en el momento y lugar indicado, operar con precisión y hasta erradicar tumores.

La historia de este Terminator en miniatura empieza así. Sus creadores se inspiraron en nada más ni nada menos que los pepinos de mar y en su increíble capacidad para ablandar y endurecer su cuerpo en función de las condiciones ambientales. A partir de ahí crearon un nuevo tipo de material en el que se incorporaran, entre otros, partículas magnéticas de galio y que, gracias a un mecanismo de regulación de temperatura, puede alterar su forma, desplazarse por el espacio y volver a su apariencia original en cuestión de segundos.

Según los investigadores que lideraron el proyecto, en lo que casi parece un ejercicio de alquimia, este novedoso material permitió ensamblar unos pequeños robots (de tan solo unos milímetros de tamaño) capaces de fluctuar entre un estado sólido y líquido en función de la temperatura y el campo magnético.

Invitamos a ver el video:

Estos artilugios sorprenden sobre todo porque, a diferencia de otros prototipos, “en su fase líquida alcanzan una forma verdaderamente fluida en comparación con otros materiales que mantienen una consistencia más viscosa”. Una vez creado este nuevo material y ensamblados los robots, los científicos decidieron poner a prueba estos pequeños prodigios de la tecnología. Y con ayuda de un campo magnético, lograron que saltaran fosos, escalaran o se partieran por la mitad para mover objetos y unirse otra vez.

VALENTINA RAFFIO

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