Servicios como Google Drive, OneDrive o Dropbox no son infalibles; todo puede ser hackeado. Por eso uso un método para proteger mis datos antes y después de subirlos a la nube.
Me llaman paranoico, aunque algún día reiré al último: por eso siempre hago esto con mis archivos antes de subirlos a la nube
Imagen generada con IA
Por: Juan Manuel Delgado
Las plataformas de almacenamiento en la nube han transformado la forma en la que gestionamos nuestros archivos. Google Drive, OneDrive, Dropbox o iCloud te permiten guardar, sincronizar y acceder a los documentos desde cualquier dispositivo en segundos. Pero esta comodidad tiene un precio, y no siempre nos damos cuenta.
Aunque confíes en estas tecnológicas, lo cierto es que tus archivos no están tan seguros como crees. Por eso, antes de subir cualquier documento importante, yo siempre los cifro. Si bien puede sonar exagerado, pero es lo único que me garantiza que nadie, salvo yo, podrá acceder a mis datos. Ni hackers, ni empresas, ni curiosos. Solo yo.
Por qué ya no confío en la nube (y tú tampoco deberías hacerlo del todo)
Durante años, confiaba en que los archivos que subía a la nube estaban seguros, protegidos por capas de cifrado y gestionados por empresas tecnológicas con recursos prácticamente ilimitados. Pero basta con repasar las noticias de los últimos años para ver que incluso los servicios más reconocidos han sufrido filtraciones.
LastPass, por ejemplo, perdió información de sus usuarios e incluso algunas apps de antivirus llegaron a vender datos personales para fines comerciales. Y es que cuando subes tus documentos a la nube, no solo los estás enviando a un servidor, sino que estás confiando en que ese servidor, mantenido por terceros, hará exactamente lo que promete.
El problema es que, aunque los datos estén cifrados durante el tránsito y en reposo, muchas veces se descifran en los propios servidores para procesarlos, indexarlos o integrarlos con otros servicios. Es en ese momento cuando pierdes el control real sobre tu privacidad. La seguridad en la nube no es una garantía absoluta; por ello debes tener mucho cuidado.
Cómo protejo mis archivos antes de subirlos a la nube
Cabe señalar que no necesitas ser un experto en ciberseguridad para mantener tu información a salvo. Solo necesitas adquirir buenos hábitos, así como usar las herramientas adecuadas. En mi caso, utilizo dos soluciones que se han vuelto parte de mi rutina diaria: VeraCrypt y 7-Zip.
Con VeraCrypt creo contenedores cifrados, que son como carpetas virtuales blindadas. Dentro de ellos guardo documentos delicados, como datos bancarios, documentos personales escaneados, anotaciones y mucho más.
Cómo protejo mis archivos antes de subirlos a la nube
VeraCrypt
El sistema es robusto, con cifrado de nivel militar, y lo mejor es que nadie puede acceder sin la contraseña maestra. Da igual si alguien roba mi portátil o si un hacker entra en mi cuenta en la nube, al final los datos siguen siendo inaccesibles sin la clave.
Pero cuando necesito algo más rápido, como proteger un documento o una carpeta pequeña, uso 7-Zip. Esta herramienta, además de comprimir archivos, permite aplicar un cifrado AES-256. Lo uso sobre todo cuando tengo que compartir un archivo con alguien y quiero asegurarme de que solo podrá abrirlo quien tenga la contraseña.
En el móvil también tengo acceso a estos archivos cifrados y, para ello, uso ZArchiver, una app que me permite abrirlos directamente desde Android o iOS. Solo tengo que escribir la clave y puedo consultar o editar lo que necesito. Eso sí, una vez que los archivos se extraen en el teléfono, pierden la protección, así que siempre los elimino después de usarlos.
Sincronizar archivos cifrados en la nube es tan sencillo como hacerlo con cualquier otro tipo de documento. Subo mis contenedores o archivos protegidos a Google Drive o Dropbox, y desde cualquier otro dispositivo los puedo descargar y abrir si tengo las herramientas necesarias.
La diferencia es que, aunque alguien accediera a mi cuenta, no podría leer nada sin la clave. Esto no limita tu acceso ni tu productividad. Cifrar es un paso adicional, pero no una barrera. De hecho, lo que te aporta es tranquilidad de saber que incluso si algo falla, tus documentos seguirán bajo tu control.
Hoy en día, proteger tu privacidad y seguridad no es una opción, sino que una necesidad. Y en un entorno donde todo está conectado, donde los datos personales valen dinero, donde las brechas de seguridad son constantes, cifrar tus archivos es la forma más directa, pero sobre todo más eficaz de recuperar el control.
Puede que alguien te diga que exageras, que cifrar tus archivos antes de subirlos a la nube es una manía sin sentido. Pero lo cierto es que basta con un fallo, una filtración o un descuido para que esa precaución se convierta en tu mayor acierto.