Científicos chinos han identificado materiales exóticos en las muestras traidas por la sonda Chang’e-5 que indican la existencia de un terreno inexplorado en la Luna.
La misión Chang’e-5 aterrizó en la región de Mons Rümker, en el Oceanus Procellarum septentrional de la Luna, y volvió a la Tierra 1,731 kilos de regolito lunar.
El reconocimiento de clastos exóticos (es decir, materiales no derivados localmente de Chang’e-5) en el regolito de Chang’e-5 podría proporcionar información crítica sobre la diversidad litológica y el proceso de formación del regolito en la joven región de los mares de la Luna.
Los siete clastos exóticos identificados a partir de más de 3.000 partículas de regolito de Chang’e-5, incluyen un fragmento vitrofírico de alto Ti (titanio), un basalto de bajo Ti, una olivino-piroxenita, una anortosita magnesiana, una litología evolucionada, un fragmento de olivino rico en Mg (magnesio) y una perla de vidrio piroclástico.
Los investigadores –profesores Zeng Xiaojia, Li Xiongyao y Liu Jianzhong, del Instituto de Geoquímica de la Academia China de Ciencias (IGCAS)–, asociaron estos clastos ígneos exóticos con materiales expulsados por impacto de otras regiones de la Luna, a más de 50-400 kilómetros de distancia de la zona de muestreo de Chang’e-5.
Mediante la comparación con rocas lunares de la misión estadounidense Apolo, los investigadores descubrieron que tres clastos ígneos exóticos del regolito de Chang’e-5 presentaban características petrológicas y composicionales inusuales.
El fragmento vitrofírico con alto contenido en Ti presentaba una mineralogía única entre los basaltos lunares, lo que probablemente representa un nuevo tipo de basalto lunar.
El fragmento de anortosita magnésica, que no se observó en las muestras del Apolo, demuestra que la anortosita magnésica también es un componente importante de la corteza lunar cercana.
El vidrio piroclástico registra una erupción volcánica de composición única en la Luna.
Este estudio ha sido el primero en obtener litologías ígneas exóticas de la unidad basáltica de la Luna con una edad de 2.000 millones de años. Esta información proporcionará la verdad sobre el terreno para modelar la procedencia del regolito en la joven unidad de mare de la luna.
Además, la identificación de rocas lunares inusuales en la muestra de Chang’e-5 demuestra que los componentes litológicos y las actividades magmáticas de la corteza lunar son más diversos de lo que se pensaba.
Esta investigación, publicada en Nature Astronomy, sugiere que aún existen unidades geológicas desconocidas en la Luna, lo que puede ayudar a planificar futuras misiones de exploración lunar.