La protección térmica funciona como un origami japonés: su tejido se despliega durante el descenso, creando una superficie lo suficientemente grande que distribuye el flujo de calor uniformemente para irradiarlo gradualmente.
Nace un escudo térmico espacial reutilizable para naves que no se quema al entrar en la atmósfera
ESA / Space Forge
La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció la creación de un nuevo tipo de escudo térmico para satélites de descenso y naves espaciales.
Desarrollado por la ‘startup’ británica Space Forge, el escudo de tela, llamado Prydwen en honor al escudo del rey Arturo, distribuye el calor, protege a la nave espacial y puede ser reutilizado porque no se quema al volver a entrar a la atmósfera.
El uso de estos escudos ahorrará dinero en los lanzamientos, protegiendo a la nave espacial en descenso ante las enormes temperaturas generadas por la velocidad orbital convertida en flujos de calor.
Los escudos térmicos ‘ablativos’ tradicionales consisten en una recubrimiento que se evapora a alta temperatura. La evaporación absorbe el calor y lo aleja para que no sea tan intenso.
Prydwen, en cambio, distribuye el calor. Está elaborado con una tela resistente a las altas temperaturas que tiene una superficie lo suficientemente grande como para que el flujo de calor pueda distribuirse uniformemente por ella, eliminando gradualmente el calor.
El diseño de Prydwen permite que la pantalla protectora se pliegue mientras viaja, como si fuera una figura de origami, el arte japonés de hacer figuras de papel sin utilizar tijeras ni cola. Después de entrar en la atmósfera, este escudo protector se abre como un paracaídas, pero no por detrás de la nave, sino por delante.
Los investigadores realizaron pruebas preliminares lanzando un prototipo de satélite cubierto por ese escudo desde una altura de 17 km.
La ESA informa que el dispositivo será probado en condiciones reales en la primera misión del proyecto espacial ForgeStar-1A de Space Forge, que se realizará a finales de año.