El rápido desarrollo de la tecnología robótica, combinada con la inteligencia artificial y la informática cuántica, se convertirá en el «factor dominante de la guerra», afirma Mark Milley.
Un iPhone o un reloj GPS podrían convertirse en dispositivos con fines bélicos, asegura máximo militar de EE. UU.
Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de EE. UU.
Thomas Lohnes / Gettyimages.ru
El mundo moderno está experimentando cambios en la naturaleza de la guerra como jamás antes en la historia, principalmente impulsados por la tecnología, opina el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas estadounidenses, Mark Milley.
En una entrevista para la revista Foreign Affairs, publicada este martes, Milley afirma que el hecho de que actualmente las municiones de precisión, los sensores, las imágenes satelitales, entre muchas otras herramientas, hayan mejorado la capacidad de los ejércitos de ver y disparar a distancia, y con precisión, son factores que «en sí mismos auguran un cambio en el carácter fundamental de la guerra».
Con la llegada de la velocidad hipersónica se han introducido armas que pueden viajar a velocidades «contra las que, con las tecnologías defensivas actuales, todavía no es posible defenderse». Además, «hoy en día se puede ir a Google Earth y obtener datos cartográficos y ver imágenes por satélite que solo estaban disponibles para los ejércitos más avanzados del mundo hace unos cinco o diez años», comenta el general.
Milley destaca que ahora la capacidad de sentir y percibir el entorno es «increíble». Hablando de la transición en la forma de ver al enemigo, asegura que incluso dispositivos electrónicos tan cotidianos como un «reloj con GPS» o «un iPhone» podrían convertirse en objetos con fines militares.
«Son un medio de comunicación para la mayoría de la gente, y algunos los usan para el seguimiento de su salud, supongo. Pero para otras personas pueden ser un sensor, un rastreador. Así que tenemos la capacidad de sentir y ver el medio ambiente, y para recoger las señales porque hay muchas señales electrónicas en el medio ambiente», explica.
«Una ventaja decisiva»
A su modo de ver, el rápido desarrollo de la tecnología robótica, con la implementación cada vez mayor de vehículos no tripulados y combinada con la inteligencia artificial y la informática cuántica, se convertirá en el «factor dominante de la guerra».
Esta nueva «convergencia de tecnologías» está impulsando un «cambio significativo en la sociedad civil, en la relación humana con el trabajo, por ejemplo, nuestra relación entre nosotros», agrega Milley, con total convencimiento de que esto va a tener un enorme impacto en la conducción de las operaciones militares en el futuro.
«Al igual que en el pasado, el país que optimice esas tecnologías para la conducción de la guerra, va a tener una ventaja decisiva, al menos al principio y en los primeros disparos de la próxima guerra. Quiero que ese país sea Estados Unidos», concluye.