Luis Arana
FUENTE: El Imparcial
Es muy pensable que, a pesar de los avances tecnológicos y científicos, gran parte de la estructura interna de nuestro planeta siga siendo un enigma. Hemos estado haciendo descubrimientos en el espacio exterior, incluso hasta en el fondo del mar sabemos dónde está ese punto donde no contaminaríamos la Tierra, pero en realidad, sabemos muy poco del núcleo de esta. Recientemente, un descubrimiento sorprendente realizado por científicos australianos ha sacudido nuestra comprensión tradicional de este componente esencial de nuestro planeta.
El núcleo interno de la Tierra es una esfera sólida compuesta principalmente de hierro y níquel. Actúa como un inmenso imán, generando el campo geomagnético que nos protege de las radiaciones solares y cósmicas. Este campo magnético es esencial para la vida en la Tierra, ya que desvía las partículas cargadas del viento solar y previene que dañen nuestra atmósfera y superficie. Además, el núcleo interno juega un papel crucial en la dinámica geológica de nuestro planeta, influyendo en los movimientos tectónicos, la actividad volcánica y el ciclo de las placas tectónicas.
Hasta hace poco, e incluso te lo enseñan en los libros desde la primaria cuando ves la materia de geografía, se creía que el núcleo interno era una esfera homogénea y sólida. Sin embargo, este estudio innovador liderado por Thanh-Son Phạm y Hrvoje Tkalčić de la Universidad Nacional de Australia ha desafiado esta noción establecida. Estos científicos han presentado evidencia de una «bola metálica» interna dentro del núcleo interno, una estructura que podría tener propiedades y características únicas, como si fuera otro mininúcleo.
¿Cómo se realizó el estudio?
Este descubrimiento se basa en el análisis de las ondas sísmicas producidas por terremotos. Al estudiar cómo estas ondas se propagan a través de la Tierra, los investigadores pudieron obtener información valiosa sobre las diferentes capas y estructuras internas de nuestro planeta. Phạm y Tkalčić sugieren que esta bola metálica interna podría tener una estructura cristalina diferente y un patrón de empaquetamiento de átomos único en comparación con el resto del núcleo interno.
¿Para que sirve saber esto? ¿Qué cambiaría?
Entender la composición y estructura del núcleo interno es fundamental para resolver todo lo que sabemos acerca de la estructura interna de nuestro planeta, por ejemplo, preguntarse cómo se formó la Tierra, qué procesos internos han moldeado su superficie y atmósfera a lo largo de miles de millones de años. Estas son preguntas fundamentales que los científicos buscan responder, y el descubrimiento de esta «bola metálica» podría ser una pieza clave para comprender todos estos cuestionamientos.
El hecho de que este descubrimiento nos revele algo nuevo sobre la estructura interna de la Tierra es algo que siempre hace la ciencia. La ciencia no es estática; es un proceso continuo de descubrimiento, aprendizaje y revisión. Lo que pensábamos que sabíamos sobre algún tema, específicamente, este estudio en la Tierra puede no ser completamente preciso, y eso está bien, la ciencia se revisa y si hay datos que generen evidencia de lo sustentado se toma como un hecho en ese momento. Y eso, precisamente, es lo que genera todo el conocimiento del mundo que nos rodea.