El hallazgo es un relevante logro en la medicina, ya que la medición remota de signos vitales representa un desafío para monitorear la salud de una manera no invasiva, aseguran los científicos.
Crean un sensor de luz ‘imposible’ con una eficiencia del 200 %
Bart van Overbeeke
Científicos de Países Bajos han creado un sensor capaz de convertir la luz en una señal eléctrica con una efectividad ‘imposible’ de más del 200 % con el fin de realizar mediciones a distancia de parámetros de signos vitales en los humanos, informa la revista Science Advance.
El dispositivo, un fotodiodo de película cien veces más delgado que el papel de periódico, fue desarrollado a partir de un mineral de perovskita y células fotovoltaicas orgánicas, alcanzado una eficiencia del 70 %. Sin embargo, cuando los científicos mejoraron la sensibilidad del fotodiodo añadiendo luz verde, lograron un rendimiento de más de 200 %, se explica en el estudio.
«Lo sé, esto suena increíble. Pero no estamos hablando de una eficiencia energética normal», dijo René Janssen, uno de los autores del estudio, aclarando que en el mundo de los fotodiodos lo relevante es la eficiencia cuántica, es decir, la cantidad de fotones que el diodo convierte en electrones.
Enigmático funcionamiento
Para demostrar el potencial del dispositivo, este fue colocado a 130 centímetros de un dedo para detectar cambios mínimos en la cantidad de luz infrarroja que se refleja en el diodo. Estos cambios resultaron ser una indicación correcta de las variaciones en la presión arterial. Asimismo, al apuntar el dispositivo al pecho de la persona, pudieron medir la frecuencia respiratoria a partir de ligeros movimientos en el tórax.
Según los investigadores, se desconoce el mecanismo de funcionamiento, pero sustentan que el resultado obtenido se podría deber a que cada fotón infrarrojo que pasa y se convierte en un electrón recibe un electrón extra, creando una acumulación de carga y logrando así una eficiencia que supera el 200 %.
El hallazgo es un relevante logro en el área de la medicina, ya que la medición remota de parámetros de signos vitales, como los latidos del corazón y la frecuencia respiratoria, representan un desafío para monitorear la salud de un individuo de una manera no invasiva, aseguran los científicos.
Se señala que el desarrollo de la nueva tecnología no ha concluido, dado que planean probarlo clínicamente y mejorarla «haciéndola más rápida».