Se fusiona con los sistemas nervioso y esquelético del usuario y permanece funcional después de años de uso diario.
Acoplan una revolucionaria mano biónica con inteligencia artificial a los huesos, músculos y nervios de una mujer
Bionics Institute
Un equipo internacional de investigación, asociado al Centro de Investigación en Biónica y Dolor (CBPR, por sus siglas en inglés) de Suecia, integró exitosamente una prótesis revolucionaria de una mano biónica en los sistemas nervioso y esquelético en una mujer con una amputación por debajo del codo. El innovador logro se consiguió con Karin, una sueca que perdió su mano derecha en un accidente agrícola hace más de 20 años.
El proceso de integración de la mano biónica
El muñón resultante de la amputación fue modificado quirúrgicamente, en diciembre del 2018, para que pudiera acoplarse mejor con una mano biónica que utiliza inteligencia artificial para comprender las órdenes que le envía el cerebro de Karin. La nueva interfaz humano-máquina se integró en sus huesos, nervios y músculos residuales y ha mantenido la funcionabilidad a largo plazo. El logro fue publicado la semana pasada en la revista Science Robotics.
La mano robótica, llamada ‘Mia Hand’, fue desarrollada por un grupo multidisciplinario de ingenieros de Prensilia, una empresa italiana de dispositivos médicos. Esta cuenta con componentes motores y sensoriales únicos que permiten al usuario realizar el 80% de las actividades de la vida diaria.
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La mano se fija mediante osteointegración, garantizando que el tejido óseo abraza el titanio, creando una fuerte conexión mecánica. La innovadora tecnología permite que la prótesis se fije cómodamente al esqueleto del usuario, así como la conexión eléctrica con el sistema nervioso mediante electrodos implantados en nervios y músculos residuales.
Pionera
«Karin fue la primera persona con una amputación por debajo del codo en recibir este nuevo concepto de mano biónica altamente integrada que se puede utilizar de forma independiente y fiable en la vida diaria», afirma el profesor Max Ortiz Catalán, fundador del CBPR. «El hecho de que haya podido utilizar su prótesis de manera cómoda y efectiva en las actividades diarias durante años es un testimonio prometedor de las capacidades potenciales de esta novedosa tecnología para cambiar la vida de personas que enfrentan la pérdida de una extremidad», puntualizó.
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Un cambio transformador
El accidente que motivó la amputación le provocó a Karin un dolor insoportable y prácticamente intratable en el miembro fantasma. «Me sentía como si tuviera la mano constantemente en una picadora de carne, lo que me generaba un alto nivel de estrés y tenía que tomar altas dosis de varios analgésicos», expresó Karin. También descubrió que las prótesis convencionales eran incómodas y poco fiables.
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La colocación de la prótesis biónica le cambió la vida y también alivió su dolor. «Tengo un mejor control de mi prótesis, pero, sobre todo, mi dolor ha disminuido. Hoy necesito muchos menos medicamentos», comentó Karin. «Nuestro enfoque quirúrgico y de ingeniería integrado también explica la reducción del dolor, ya que Karin ahora utiliza más o menos los mismos recursos neuronales para controlar la prótesis que utilizó para su mano biológica perdida», subrayó Ortiz Catalán.
«Este es un increíble paso adelante. Esta publicación es una prueba de que la combinación de electrodos implantados sofisticados, nuevas técnicas microquirúrgicas y aprendizaje automático puede proporcionar al paciente una mano biónica altamente funcional que puede controlar a voluntad», señaló el director ejecutivo del CBPR, Robert Klupacs.