Los expertos pronostican que será tranquilo como el anterior, pero no exento de riesgos para la Tierra
ABC Ciencia
Cada once años, el Sol registra un nuevo ciclo: un patrón de manchas que aparecen y desaparecen en la superficie de nuestra estrella, señalando su nivel de actividad. En una gráfica, cada ciclo describiría una curva ascendente con su cresta (máxima actividad solar con más manchas) y su valle (mínimo de actividad con menos manchas). Pues bien, el ciclo solar 25 ha comenzado. Nuestra estrella lleva oficialmente nueve meses en esta nueva etapa, según han confirmado científicos de la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE.UU. Los expertos creen que, probablemente, el nuevo ciclo se parecerá mucho al anterior, desarrollado entre 2008 y 2019, que fue bastante tranquilo. Sin embargo, eso no significa que esté «exento de riesgos», puntualizan.
El Panel de Predicción del Ciclo Solar 25, un grupo internacional de expertos de la NASA y la NOAA, anunció el martes que el mínimo solar ocurrió en diciembre de 2019, lo que marca el inicio de un nuevo ciclo solar. Debido a que nuestro Sol es tan variable, pueden pasar meses después del hecho para declarar este evento. Por eso lo han anunciado ahora. Los científicos usan manchas solares para rastrear el progreso del ciclo solar: las manchas oscuras en el Sol están asociadas con la actividad solar, a menudo como el origen de explosiones gigantes, como erupciones solares o eyecciones de masa coronal, que pueden arrojar luz, energía y material solar al espacio.
“A medida que salimos del mínimo solar y nos acercamos al máximo del ciclo 25, es importante recordar que la actividad solar nunca se detiene; cambia de forma a medida que oscila el péndulo”, afirma Lika Guhathakurta, de la División de Heliofísica en la Sede de la NASA en Washington.
Para determinar el inicio de un nuevo ciclo solar, el panel de predicción consultó datos mensuales sobre manchas solares del World Data Center for the Sunspot Index and Long-term Solar Observations, ubicado en el Real Observatorio de Bélgica en Bruselas, que rastrea las manchas solares y señala las altas y bajas del ciclo solar.
“Mantenemos un registro detallado de las pocas manchas solares diminutas que marcan el inicio y el surgimiento del nuevo ciclo”, dice Frédéric Clette, director del centro y uno de los panelistas de la predicción. “Estos son los diminutos heraldos de los futuros fuegos artificiales solares gigantes. Solo mediante el seguimiento de la tendencia general durante muchos meses podemos determinar el punto de inflexión entre dos ciclos”, señala.
Más actividad
Con el mínimo solar detrás de nosotros, los científicos esperan que la actividad del Sol aumente hacia el próximo máximo previsto en julio de 2025. Doug Biesecker, copresidente del panel y físico solar en el Centro de Predicción del Clima Espacial ( SWPC ) de la NOAA en Boulder, Colorado, anticipa que el ciclo solar 25 será tan suave como el último, que se situó por debajo del promedio, pero eso no significa que esté exento de riesgos.
“El hecho de que sea un ciclo solar por debajo del promedio no significa que no haya riesgo de clima espacial extremo”, subraya Biesecker. “El impacto del sol en nuestra vida diaria es real.
Los expertos recuerdan que las predicciones del clima espacial son fundamentales para proteger a los ciudadanos de posibles emergencias provocadas por llamaradas solares que alcancen la Tierra, pero también a los satélites y sondas espaciales y a los astronautas del programa Artemisa para regresar a la Luna. Examinar este entorno es el primer paso para comprender y mitigar la exposición de los astronautas a la radiación espacial, explican desde NASA.
Los investigadores estudiarán el clima espacial y monitorearán el ambiente de radiación en la órbita lunar. Trabajan en modelos predictivos para que algún día puedan pronosticar el clima espacial de manera similar a como los meteorólogos pronostican el clima en la Tierra.