Gracias a una misión de la NASA, encuentran el origen de las auroras boreales

Gracias a los datos de una misión de la agencia aeroespacial estadounidense, un equipo de investigadores comprendió cómo se origina el fenómeno: precede al desencadenamiento de una subtormenta en el espacioGracias a los datos de una misión de la agencia aeroespacial estadounidense, un equipo de investigadores comprendió cómo se origina el fenómeno: precede al desencadenamiento de una subtormenta en el espacio Crédito: NASA

Los científicos dieron a conocer un viejo misterio detrás de las auroras boreales con la ayuda de una misión de la NASA. Los datos muestran cómo las inmensas partículas de plasma en el espacio pueden extenderse hacia la Tierra y crear la estela brillante.

Un tipo especial de aurora, que se extiende de este a oeste a través del cielo nocturno como un collar de perlas, está ayudando a los científicos a comprender mejor la ciencia de las auroras y sus poderosos impulsores en el espacio. Conocidas como “perlas de auroras”, estas luces a menudo aparecen antes de las grandes auroras, que son causadas por tormentas eléctricas en el espacio llamadas subtormentas.

Anteriormente, los científicos no estaban seguros de si las “perlas” estaban conectadas de alguna manera a otras manifestaciones de auroras como un fenómeno en el espacio que precede a las subtormentas o si eran causadas por otros elementos de la atmósfera de la Tierra, según consignó el sitio de la NASA.

Pero los nuevos y poderosos modelos de computadora, combinados con las observaciones de la misión “Historial temporal de eventos e interacciones de macro escala durante las subtormentas” de la NASA, proporcionaron la primera evidencia sólida sobre los eventos que conducen a la aparición de estas auroras y demostraron el rol que desempeñan en nuestro entorno de espacio cercano.

“Ahora sabemos con certeza que la formación de estas auroras es parte de un proceso que precede al desencadenamiento de una subtormenta en el espacio”, dijo Vassilis Angelopoulos, investigador principal de la misión en la Universidad de California en Los Ángeles.

Los nuevos modelos dejaron al descubierto que las auroras son causadas por turbulencias en el plasma, un cuarto estado de la materia, compuesto por partículas cargadas gaseosas y altamente conductoras.

“Las observaciones de la misión han revelado turbulencias en el espacio que provocan flujos que se ven iluminando el cielo como perlas individuales en el brillante collar auroral”, dijo Evgeny Panov, autor de uno de los nuevos artículos y científico de la misión en el Instituto de Investigación Espacial de la Academia Austríaca de Ciencias. “Estas turbulencias en el espacio son causadas inicialmente por electrones más ligeros y ágiles, que se mueven con el peso de partículas 2000 veces más pesadas y que teóricamente pueden convertirse en subtormentas aurorales a gran escala”, agregó.

Las auroras se crean cuando las partículas cargadas del Sol quedan atrapadas en el entorno magnético de la Tierra, la magnetosfera, y se canalizan hacia la atmósfera superior de nuestro planeta, donde las colisiones hacen que brillen los átomos y moléculas de hidrógeno, oxígeno y nitrógeno.

A medida que las nubes de plasma expulsadas por el Sol pasan por la Tierra, su interacción con el campo magnético crea burbujas flotantes de plasma. Como una lámpara de lava, los desequilibrios en la flotabilidad entre las burbujas y el plasma más pesado en la magnetosfera generan “dedos” de plasma de 4000 kilómetros de ancho que se extienden hacia la superficie terrestre y crean la estructura distintiva en forma de cuentas en la aurora.

Ahora que los científicos comprenden que las perlas de auroras preceden a las subtormentas, quieren averiguar cómo, por qué y cuándo las perlas podrían desencadenar una subtormenta en toda regla. Desde su lanzamiento en 2007, la misión recolecta datos detallados a medida que atraviesa la magnetosfera para comprender las causas de estas tormentas eléctricas. La investigación pudo demostrar que la reconexión magnética es un impulsor principal.

Pero el misterio no está completamente resuelto. “Hay muchas estructuras muy dinámicas, a muy pequeña escala que la gente ve en las auroras que son difíciles de conectar con la imagen más grande en el espacio, ya que suceden muy rápidamente”, explicó Kareem Sorathia, científico del Centro de Tormentas Geoespaciales de la NASA con sede en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins. “Ahora que podemos utilizar modelos globales para caracterizarlos e investigarlos, se abren muchas puertas nuevas”.

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