Esta es la razón por las que los audios de WhatsApp pueden estar fomentando el ghosting sin quererlo.

Cada día hay más gente que utiliza los audios de WhatsApp para comunicarse. Sin embargo, hay aspectos negativos en esta práctica que en ocasiones no se tienen en consideración.

Portada: WhatsApp Ghosting

Generado con IA

Enrique Luque de Gregorio

Es muy probable que te haya sucedido en alguna ocasión: mandas un mensaje de audio de WhatsApp y tu contacto no te responde, a pesar de que lo ha visto (o escuchado).

Una acción tan cotidiana, que se repite diariamente para millones de usuarios, puede afectar en el estado de ánimo, en ocasiones de forma mucho más profunda de lo que la mayoría de la gente piensa. De hecho, incluso podría interpretarse como una forma de ghosting.

Es decir, el término que se utiliza cuando alguien simplemente deja de prestarte atención por Internet, provocando así sentimientos desagradables en la persona que lo sufre. La explicación, en realidad, resulta mucho más sencilla de lo que se podría imaginar, y está relacionada con la propia comunicación.

El problema de los audios de WhatsApp

Esta es la razón por las que los audios de WhatsApp pueden estar fomentando el ghosting sin quererlo

De primeras, puede dar la sensación de que WhatsApp es una aplicación para mejorar la comunicación, y es indudable que en muchos casos es así, pero no siempre. Para darse cuenta, es necesario recurrir a los propios audios. ¿Por qué a ellos y no a los mensajes tradicionales? Muy sencillo, porque la comunicación escrita nunca ha estado relacionada con la inmediatez.

Buenos ejemplos de ello podrían ser los medios tradicionales: las cartas, las postales, por no hablar de los propios libros o periódicos. Se interactúe o no con alguien, la realidad es que dialogar por escrito está asociado desde siempre con lo que se suele llamar una comunicación asincrónica. Es decir, que no tiene por qué llevarse a cabo en tiempo real.

Los audios, en cambio, suponen una historia diferente. A diferencia del caso anterior, aquí la gente sí tiene otra percepción de la comunicación, una síncrona. Es tan sencillo como hacer la prueba: hablas con alguien de cualquier forma, cara a cara, por teléfono o incluso videollamada; ¿qué sucede si el interlocutor no te responde? Pues que te extrañas, te sientes incómodo.

Algo que, de alguna forma, puede recordar al ghosting, que no deja de ser que alguien te ignore (a veces después de haber obtenido “online” aquello que quería de ti, ya fuese deseo, satisfacer su ego, dinero o cualquier otra cosa). La situación no es la misma, pero el sentimiento inconsciente que se padece en ambos casos sí puede decirse que se asemeja bastante.

Mejor no abusar de los audios de WhatsApp

Aunque mucha gente utiliza los audios de WhatsApp porque son sencillos, veloces y, por qué no decirlo, ayudan a sortear sutilmente alguna que otra falta de ortografía, lo más recomendable sería no recurrir siempre a ellos. No solo por el impacto negativo que a veces pueden provocar en los otros, sino porque no son tan prácticos como se piensa.

Primero, no pueden editarse, ni te dan la posibilidad de buscar algo concreto en una conversación. Pero, además, la ya comentada naturaleza asincrónica de los audios puede aumentar los malentendidos, la sensación de ansiedad o perjudicar la resolución de cualquier problema. Ya se sabe: porque algo sea más rápido, no quiere decir que sea más útil, ni mucho menos mejor.

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